Acuerdo comercial con Estados Unidos: ¿Bueno o malo?
El resultado más llamativo de la visita del presidente Lenín Moreno a la Casa Blanca fue el de la posible generación de un nuevo acuerdo comercial entre Estados Unidos y Ecuador.
En consecuencia, el Gobierno Nacional deberá afrontar varios retos: primero, la necesidad de establecer una mesa de negociación responsable, que resguarde los intereses de los productores ecuatorianos y no amenace con destruir la escasa competitividad del país.
Luego, deberá recuperar el volumen de comercio con el país norteamericano ya que, debido a una caída en las exportaciones en el 2019, Estados Unidos se convirtió en el tercer destino de las exportaciones ecuatorianas, detrás de la Unión Europea y China.
Finalmente, el Gobierno deberá activar alternativas democráticas para incentivar la participación de todos los sectores de la sociedad involucrados en el tratado comercial. De no cumplirse las condiciones antes mencionadas, el acuerdo acentuará la falta de competitividad y la crisis de gobernabilidad.
Bajo este contexto hay que entender varias premisas: en primer lugar, la posibilidad de un acuerdo comercial con Estados Unidos no debe responder a la disyuntiva moral del “bien” y el “mal”. Hay que eliminar la idea binaria de dos polos radicales y, por el contrario, enfocarse en los matices de oportunidad que tiene toda negociación. Luego, todo acuerdo comercial genera ganadores y perdedores.
En este sentido, el Gobierno ecuatoriano deberá actuar con la prudencia necesaria para controlar y compensar las externalidades negativas que se produzcan en los sectores de la producción. Finalmente es importante reconocer el nivel de adaptación que tienen hoy en día los convenios comerciales.
Los tratados contemplan temas como el comercio digital, entorno financiero y bancario, propiedad intelectual y la eliminación de barreras no arancelarias. Con respecto a este último, de nada sirve eliminar los aranceles a productos ecuatorianos que entran a Estados Unidos, si es que existen otras barreras relacionadas con la regulación de condiciones fitosanitarias o la excesiva tramitología.
En resumen, las autoridades del Ecuador deberán tener la habilidad de debatir los intereses del país y definir un acuerdo comercial que potencie las exportaciones hacia Estados Unidos, sin afectar la producción local ni causar la destrucción de las pequeñas y medianas empresas. (O)
José Emilio Vásconez
Coordinador de Relaciones Internacionales de la UIDE