Transición 2017
Mujica: Lenín es un tipo estupendo, ojalá que le vaya lo mejor posible
Cali, Colombia.-
El expresidente uruguayo José Mujica es tan solicitado en los países latinoamericanos que prefiere hacer viajes “en paquete”. A principios de abril estuvo en Ecuador como delegado de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para observar los comicios presidenciales en el país. Antes, pasó por Cali para asumir como garante internacional del proceso de paz con la guerrilla de las FARC. En esa ciudad colombiana dialogó con EL TELÉGRAFO.
A sus 82 años, este político tiene a Latinoamérica y el mundo en la cabeza. Le preocupa la desarticulación regional frente a un mundo muy difícil. “Pensamos en las próximas generaciones, no en las próximas elecciones. Para las generaciones que vienen hay que pensar en la integración. Desunidos, las potencias emergentes, China, India, nos comerán vivos”, asegura.
En Cali su mensaje ante un auditorio repleto de jóvenes fue apoyar la paz. Eso, dijo, es defender un valor supremo: la vida. “Aprópiense de la paz”, pidió a su entusiasta audiencia. En Guayaquil rindió un informe de las elecciones presidenciales que ganó el candidato de Alianza PAIS, Lenín Moreno.
Usted tiene una gran relación con el presidente de Ecuador, Rafael Correa. ¿Conoce a Lenín Moreno?
Le tengo una gran simpatía a Correa, soy amigo de él, y conozco a Lenín Moreno también. Me parece un tipo estupendo, ojalá que le vaya lo mejor posible.
¿Le parece que con Lenín Moreno habrá continuidad?
No tengo duda de que habrá continuidad. Lenín es más viejo que Correa, es menos tremendista. Correa es brillante, pero se calienta mucho. Pero su gestión social ha sido impecable. Es inteligente, cuida el capital político que tiene. Comprendió que, en cualquier país, la gente se aburre de ver el mismo rostro. En mi país no existe la reelección inmediata y yo estoy de acuerdo, es mejor.
¿Ve a Correa como candidato presidencial en 4 años?
Sí, tiene todas las condiciones. Yo estoy muy viejo para eso (postularse otra vez a la presidencia de Uruguay), pero él es un político muy joven todavía, con mucha aceptación, con resultados muy importantes, y puede regresar.
La izquierda ha perdido terreno en América Latina. Salió del poder en Brasil, en Argentina…
Esto es un asunto pendular, va y viene. El mundo siempre oscila. La izquierda tiene patologías como el infantilismo; y el sector conservador tiene sus defectos cuando cae en el totalitarismo. El péndulo se ha movido y es cierto, la izquierda perdió el poder en algunos países, pero Lula lidera las encuestas en Brasil.
A pesar de los escándalos de corrupción…
La corrupción es una enfermedad contemporánea, y es una consecuencia del ideal que ha sembrado el capitalismo como cultura, no como forma de producción. En el capitalismo, triunfar en la vida es tener plata, y si no tienes plata, no has triunfado.
Hay un resurgimiento del populismo de derecha. En el Reino Unido, con el triunfo del Brexit, en Estados Unidos con Donald Trump y en Colombia con el triunfo del ‘No’ en el plebiscito para refrendar los acuerdos de paz con las FARC…
El populismo es como el cuartito del fondo: lo que me sobra lo tiro adentro. Es un término mal construido, populista le decían a Juan Domingo Perón (Argentina), a Getulio Vargas (Brasil). Al que se preocupaba por repartir más o menos la riqueza entre la gente lo trataban de populista. Ahora son los de derecha, así que no entiendo nada.
¿Considera que la derecha apela hoy con énfasis a las emociones de los votantes?
Es una consecuencia de la evolución de la ciencia del hombre. La mayoría de la gente primero siente y después piensa, y muchas veces el pensamiento busca la justificación racional de la decisión que tomaron nuestros sentimientos. Como somos nietos y bisnietos de (Maximiliano) Robespierre, el dios de la razón, pensamos que el hombre era un ser racional, pero el grueso de la gente empieza a tomar las decisiones emocionales y después las racionaliza. Esto se sabe a partir de la ciencia del marketing para buscar la forma de vender.
¿Y esto lo aplican ciertos políticos?
Es lo que estamos viendo. Se llega más a la gente con estas técnicas. Se sabe que el color del tapizado de los autos, en algunos casos, influye en la decisión que toma una pareja joven. Va a ver el auto y determinados colores sensibilizan a la mujer, y ella le trabaja al hombre para que lo compre. ¡Son unos hijos de puta! apelan al dominio emocional y la peor amenaza que tiene la democracia hoy es esa.
Pero les da resultados. Mire el Brexit, Trump, Marine Le Pen en Francia…
¡Claro que sí! ¡Claro que sí! Les da resultados. Y la izquierda es más racional, tiene un origen racional.
El mundo no imaginó que Donald Trump fuera a ganar la Presidencia de Estados Unidos. ¿Por qué cree que un personaje de esas características se convirtió en presidente, además del uso de la emocionalidad que ha explicado?
Creo que Trump y su equipo tienen una virtud política: Descubrieron que hay un sector importante de opinión norteamericana, de los escalones más bajos de la clase media, que se siente congelada hace muchos años y que tiende a atribuir que la causa de eso o son los chinos o los mexicanos, o es la mano de obra barata de otros países, o son los inmigrantes… Busca culpables. Y no ve el fenómeno central: el proceso de concentración de la riqueza que han generado las propias transnacionales.
Y muchas de ellas son de EE.UU....
Sí. ¿Y por qué fueron a instalarse en México? No lo hicieron porque México fuera lindo o porque les gustaran los mariachis. Fueron a buscar salarios más bajos para producir más barato y aumentar la tasa de ganancia comparado con lo que vendían en Estados Unidos. Creo que ellos influyeron en ese tipo de decisión (elección de Trump). El capital siempre buscará la ganancia y esa tasa que ha tenido todo ese sistema es enorme. Pero en esencia no ganó el pueblo americano, los que ganaron fueron las transnacionales. Incluyendo a Trump, porque en su negocio inmobiliario ¿para quién trabajó? No hacía vivienda para los pobres en los barrios marginados, no. Hacía vivienda para explotar a esa burocracia alta que generan las grandes compañías.
¿No es una paradoja que el país que más impulsó la apertura comercial dé un giro súbito hacia el proteccionismo?
Es que hay un público que expresa el fracaso de la globalización de la economía. Es también la misma fuerza que vota por Le Pen en Francia, la que separó a Inglaterra de Europa, la que está presente en muchos mensajes: en el plebiscito en Colombia también. Y no es que la gente sea malintencionada, es que saca conclusiones con evidencias cortas. No puede ver. (I)