Desde el pasado jueves la Escolta Legislativa tiene como su nuevo jefe a la coronel Margarita Pereira Ramírez, quien se venía desempeñando como subsecretaria de Policía Nacional en el Ministerio del Interior.

Con 32 años en la institución policial y luego de haber comandando unidades y distritos, entre ellas la subzona Pichincha que tiene 4 distritos, dice que en lo personal asume una responsabilidad muy grande, pero que es la oportunidad de demostrar que las mujeres están capacitadas.

Para ello cuenta con el respaldo de su esposo, un oficial de policía retirado, y sus dos hijos: el mayor sigue la carrera policial y el segundo es estudiante de colegio. “Ellos me acompañan, me respaldan y son la fortaleza para continuar. Saben de la responsabilidad que asumo, pero confían en mi capacidad”, afirma.

En estos primeros días se ha puesto al tanto de las tareas que le esperan en el Legislativo. Ofrece continuar con las actividades previstas y planificadas, con lo que mandan la Constitución y las leyes: dar seguridad y control al recinto legislativo y a los asambleístas, así como coordinar el trabajo con otras instituciones.  

Pereira tiene como su brazo derecho al mayor de policía Fredy Argoti, y revela que al momento lo más importante y que concentra su atención es la ceremonia de cambio de mando presidencial que será el próximo miércoles en la Asamblea.

“El cambio de mando será mi gran prueba, mi gran reto. Creo que también es un reto de los 226 miembros, entre hombres y mujeres, que formamos la Escolta Legislativa”, subraya.

Asegura que con el apoyo de todas las instituciones va a salir perfecto todo.

No quiere recordar una anécdota en especial ocurrida en su carrera, pues dice que cuando uno se desempeña como policía todas las actividades son anecdóticas porque son nuevas y eso sirve para adquirir experiencia, para acercarse y servir mejor a la comunidad.

Elegante y sobria, agradece la entrevista, observa a todos los lados y junto con sus colaboradores se reincorpora al trabajo. (I)