De la génesis del movimiento de izquierda Alianza Bolivariana Alfarista (ABA), surge María Alejandra Vicuña, ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda y encargada de la Vicepresidencia.

Junto con su padre, Leonardo Vicuña Izquierdo, empujan la organización, con base en Guayaquil, al apoyo, en 2006, a la candidatura de Rafael Correa para la Presidencia de la República. Tras ocupar temporalmente cargos públicos, en 2009 se lanza a las elecciones legislativas y gana una curul por Guayas.

En 2013 nuevamente participa en las elecciones y obtiene la reelección. Ella fue una de las legisladoras que en los debates impulsó un paquete de enmiendas constitucionales propuestas por el anterior gobierno, entre ellas la postulación indefinida.

Cuando Lenín Moreno ganó las elecciones, en abril de 2017, fue llamada para ser parte del nuevo gabinete, como Ministra de Desarrollo Urbano y Vivienda. En esas funciones enfocó su tarea de impulsar uno de los proyectos emblemáticos del Gobierno: Misión Casa para Todos, un ambicioso plan con el que pretende el Ejecutivo construir 325.000 viviendas en los cuatros años de gobierno.

Pero desde el 4 de octubre una nueva función asumió Vicuña. A raíz de que al vicepresidente Jorge Glas se le dictó una orden de prisión preventiva, con lo cual fue llevado a la cárcel 4 el 2 de octubre, el Jefe de Estado le encargó la función y con esa responsabilidad el impulso al proceso de consulta popular.

Desde entonces, la Vicepresidenta encargada ha destacado por sus continuos desplazamientos en territorios, abriendo espacios de diálogos y concertación con agrupaciones políticas y sociales para sumar la mayor cantidad de apoyos para la propuesta del Gobierno, que se plasmará en las urnas el 4 de febrero próximo.

“La consulta es un mecanismo democrático, que nos permite construir este país para todos. Es una herramienta para desarrollar un mensaje claro frente a grandes asuntos nacionales”, dijo en una reunión en Manabí. (I)