El presidente Rafael Correa anunció un posible consenso en torno a la elección del nuevo secretario general de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur). Así lo reveló durante una entrevista concedida la noche del lunes a medios ecuatorianos.

La designación de este cargo se convirtió en un verdadero dolor de cabeza para los presidentes su- damericanos. De hecho ha sido señalada por el propio Correa como una de las causas de la “desaceleración” del proceso integracionista.

El Jefe de Estado adelantó que se trata de un expresidente que gozaría de la aceptación de los 12 mandatarios del bloque. Pese a ello no quiso revelar la identidad del candidato.

Lo cierto es que la presidencia de Unasur ya podría tener sus primeros candidatos. Durante meses se ha mencionado a Luiz Inácio Lula da Silva. El brasileño, muy activo en la política de su país e internacionalmente, ha descartado cualquier posibilidad. Pero para incrementar las especulaciones ayer almorzó con Correa en Brasilia.

Otro candidato podría ser Ricardo Lagos, expresidente de Chile. Además ya ha desempeñado cargos internacionales, pues fue el enviado especial de la ONU para combatir el cambio climático. Otro exmandatario posible es Eduardo Frei.

Sebastián Piñera ha criticado las políticas de su sucesora, por lo que estaría descartado.

Fernando Lugo, el derrocado expresidente paraguayo, también ha sido postulado por los sectores de izquierda del continente. Él actualmente es senador de su país.

El uruguayo Tabaré Vásquez sonó durante un tiempo, pero él ahora está concentrado en volver a la Presidencia de su país.

Hay otros presidentes sudamericanos como Fernando Henrique Cardoso, pero su cercanía con políticos de la derecha internacional frustraría su candidatura. Lo mismo ocurre con Alejandro Toledo.

Alan García, de Perú, mantiene muy buenas relaciones de amistad con Correa, pero ha criticado en alguna ocasión la Revolución Bolivariana.

En Ecuador no hay expresidentes que gocen del apoyo del Gobierno, salvo Rodrigo Borja, pero él ya tuvo una experiencia frustrada en la Secretaría General de la Unasur.

En Colombia, Álvaro Uribe está descartado de plano. Sin embargo César Gaviria no, más áun porque él ya se desempeñó como secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA).

En Argentina no hay expresidentes que puedan alcanzar consensos. El único era el fallecido Néstor Kirchner. En Bolivia ocurre algo parecido; todos los exgobernantes son críticos de Evo Morales. La misma situación sucede en Venezuela.

Los retos del nuevo secretario

Unasur busca un secretario general desde hace casi un año, cuando terminó el periodo del venezolano Alí Rodríguez, quien se encuentra en el cargo con funciones prorrogadas.

Ha sido difícil alcanzar consenso. De hecho la elección de Rodríguez requirió una fórmula salomónica. El periodo de 4 años se lo dividió en 2. La mitad para la colombiana María Ángela Holguín y el resto para el venezolano. Fue la manera en que se resolvió la disputa entre Caracas y Bogotá, fuertemente distanciados en aquella época. Ambos reemplazaron a Kirchner, quien falleció en el ejercicio de sus funciones.

Ahora se buscaría una persona con un alto perfil político, concretamente a un expresidente. La tarea de él será repotenciar la Unasur, que Correa considera se ha desacelerado.

Así lo expresó durante un encuentro con Michelle Bachelet, en Santiago. Correa cree que eso responde, en parte, a la mala suerte por los fallecimientos de Kirchner y Hugo Chávez, dos grandes impulsores de la Unasur.

Además Rodríguez sufre problemas constantes de salud. La sede de la Secretaría General de la Unasur está en Quito. Correa adelantó el lunes que la construcción del edificio avanza. Prometió que será altamente funcional y una estructura icónica como las de las Naciones Unidas, en Nueva York o de la OTAN, en Bruselas.

El edificio estará ubicado en la Mitad del Mundo, en la capital, y alrededor de este se construirá un hotel para hospedar a diplomáticos que lleguen a las reuniones.