Twitter es el nicho para el activismo político en redes
Con tres millones de seguidores, de los cuales un millón y medio se encuentran activos y 700.000 interactúan, Twitter es la red social en la cual se visualiza un mayor activismo político, según expertos.
Mientras que Facebook, la red que lidera el uso de estos espacios en el país, cuenta con un promedio de 12 millones de usuarios, es decir, 8 de cada 10 ecuatorianos tiene una cuenta abierta.
Christían Espinosa, director de Cobertura Digital, señala que Twitter es el espacio donde se mueven muchos personajes influyentes. “Twitter tiene un poder político porque ahí se encuentran los periodistas y los políticos”.
Por ejemplo, el exmandatario Rafael Correa tiene 3,4 millones de seguidores, el alcalde de Quito, Jorge Yunda, 337.000; el presidente de la República, Lenín Moreno, cuenta con 709.000.
El periodista Carlos Vera tiene 430.000, María Paula Romo, 121.000; Guillermo Lasso, 525.000; Ricardo Patiño, 383.000; la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, 287.000; Abdalá Bucaram, 277.000; y Jaime Nebot, 1 millón de seguidores.
La fortaleza de esta red social -menciona Espinosa- se encuentra en que un mensaje puede pasar, en minutos, de ser local a mundial.
Pero aclara que uno de los riesgos de los mensajes en Twitter es que quede como una “burbuja”, es decir, no reproduce la realidad, no marca la agenda mediática, política y genera confusión o desinformación en los usuarios.
Sin embargo, la dinámica de un tuit, cuando es tendencia, es que los mensajes pasan a otras plataformas, como Facebook y WhatsApp, lo que genera un impacto mayor en la noticia o en un acontecimiento.
Mientras que el poder político de Facebook es local. Por ejemplo, candidatos a alcaldías, consejerías u otros pueden tener menos posibilidad de ganar elecciones -señala- si es que en esta red social los usuarios emiten mensajes en contra del postulante.
En WhatsApp confluyen las actividades de las dos redes. “Se caracteriza porque integra a todas las generaciones y marca la agenda política de los hogares”.
Las redes vs las calles
¿Los espacios digitales reemplazaron las concentraciones, reuniones, protesta social y la disputa política en el espacio público?
Pablo Escandón, docente de la Universidad Andina Simón Bolívar, señala que existe una diferencia entre el activismo digital con el físico o de contacto ciudadano.
Para explicarlo mejor, coloca como ejemplo al colectivo Yasunidos, el cual, a través de convocatoria en redes sociales, moviliza a personas. Una situación similar ocurre con los movimientos feministas y de diversidad sexual.
Gustavo Isch, analista político, comenta que las redes sociales permiten “cierta expresión” a grupos, que en el espacio público no podrían tener. Pero advierte que los riesgos del activismo en estas plataformas tecnológicas recaen cuando la participación política solo permanece en este espacio y no traspasa a la realidad social.
El peligro de los trolls
Hasta 2018, Twitter recibió denuncias por abusos de 3,3 millones de cuentas en todo el mundo, según una investigación de El País de España.
Iria Puyosa, PhD de la Universidad de Michigan, asegura que los trolls coartan la libertad de expresión en las redes sociales, “debido al acoso, dejan de debatir para evitar ser agredidos”.
Los trolls son un mecanismo de campañas organizadas con objetivos políticos de grupos de poder, que restringen los debates. Cada vez que los usuarios ceden el espacio a los trolls -subraya- se interrumpe el intercambio de la libertad de ideas y de la democracia.
Para Puyosa, la web permite que más personas expresen sus opiniones y debates, mas no limita la posibilidad de militar en otros espacios.
Según investigaciones, desde hace 20 años, aquellas personas que son más activas en la web son más proclives a participar en el espacio público, partidos políticos, etc. “En países donde la libertad de expresión es restringida, en las redes sociales se habla de política”, manifiesta la experta. (I)