Elecciones 2021
El Partido Social Cristiano mantiene alianzas fugaces
Nació serrano y de la aristocracia. El Partido Social Cristiano (PSC) fue fundado por los expresidentes Camilo Ponce Enríquez y Sixto Durán-Ballén, en 1956. Con la derrota de Sixto Durán-Ballén a manos de Jaime Roldós Aguilera, en 1979, una fuerza interna que representaba a los liberales costeños fue evolucionando hasta desplazar a los líderes serranos y tomarse el PSC.
Allí emergió León Febres- Cordero, un empresario guayaquileño que integraba la transnacional demócrata-cristiana de derecha. En realidad, él era un hombre de pensamiento liberal y de teorías económicas neoliberales. Eso cambió la orientación política del PSC, que se convirtió en un partido de la Costa, con fuerte clientela en Guayaquil y otras provincias de esa región del país.
El PSC pasó de la élite que estaba al lado de Ponce o Durán-Ballén, a los sectores populares. No ha llegado a ser un partido nacional porque tiene resistencia en Quito y Cuenca y una votación mínima en el norte del país. La organización política ha tenido una estructura vertical, populista y caudillista, basada en sus líderes históricos León Febres-Cordero, expresidente, y Jaime Nebot, exalcalde de Guayaquil (2000-2019).
El PSC ha conseguido alcaldías y prefecturas, pero su poder de negociación está en la Legislatura. Desde que volvió la democracia a Ecuador, en 1979, ha tenido una fuerza parlamentaria y eso le ha permitido, muchas veces, poner las autoridades legislativas y colocar a sus militantes en las más altas jerarquías de los organismos de control.
El partido se ha movido con alianzas coyunturales, no ideológicas, para obtener réditos políticos. También ha logrado influir en la elaboración de leyes vinculadas con la industria, el comercio y la banca, en especial la costeña. Un ejemplo de ello es el papel que jugaron durante la crisis del gobierno de Jamil Mahuad (1998-2000).
El PSC salió, con Febres-Cordero y Nebot a la cabeza, a defender al banquero Fernando Aspiazu. Sin embargo, se hizo a un lado cuando se demostró que Aspiazu había regalado tres millones de dólares a Mahuad para la campaña electoral.
El partido ha llegado a la Presidencia solo dos veces, pero ha controlado o compartido la conducción de la legislatura en varias ocasiones. Gracias a esta habilidad política, el partido influyó en la Contraloría y en las superintendencias, el Tribunal de Garantías Constitucionales y la Función Judicial. Eso le permitió al presidente León Febres-Cordero (1984-1988) controlar a quién se enjuiciaba y quién iba a la cárcel.
Para Mauricio Alarcón, analista político y director de Fundación Ciudadanía y Desarrollo, el PSC siempre ha tenido presencia legislativa en todos los períodos de la Asamblea; incluso, tuvo una fuerte representación en la Asamblea Constituyente en 2008. “Hay que resaltar la cohesión del bloque parlamentario que menos bajas ha tenido y mantiene una cierta disciplina”.
El PSC, que hace alianzas hoy y mañana no, hoy apoya y mañana no, cambia su discurso político y lo acomoda a las circunstancias. Eso explica sus votaciones al lado de la Revolución Ciudadana (RC), que antes eran sus supuestos enemigos mortales. Ambas organizaciones hicieron un pacto parlamentario para oponerse a este Gobierno.
¿Qué consiguen con ello? Ver la posibilidad de armar una estructura electoral que los lleve a mantener un importante bloque de legisladores. César Ulloa, analista político, explicó que la alianza del PSC-MG con la Revolución Ciudadana es coyuntural, así como la que tuvo con el PRE, su rival histórico, como respuesta a una coyuntura.
El PSC-MG se desmarcó de las denuncias de corrupción contra el prefecto del Guayas, Carlos Luis Morales, del PSC-MG. Ellos quisieron sacarlo de su cargo, pero su súbita muerte terminó con esa historia. En cambio, salvaron a la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, de los errores que cometió en el manejo de la pandemia. Ella incluso impidió que aterrizara una aerolínea española, que era un vuelo humanitario, en la pista del aeropuerto José Joaquín de Olmedo.
Por ello, la organización creó un grupo de notables dirigido por Nebot, para ayudarla a salir de sus problemas. Si al principio de este Gobierno apoyaron al presidente Lenín Moreno, hoy no lo hacen porque calculan los tiempos y quieren llegar impolutos a los comicios de 2021.
Las alianzas con los presidentes de turno han sido siempre temporales. Mientras puedan conseguir réditos, ahí están. Cuando eso ya no es posible, son oposición.
Madera de Guerrero surgió como un movimiento cívico
Desde el 2009, el Partido Social Cristiano (PSC) mantiene una estrecha alianza con el Movimiento Cívico Madera de Guerrero (MDG), que puso en marcha Jaime Nebot.
Dicha organización nació como un movimiento cívico provincial para inscribir la candidatura de Nebot para la reelección de la alcaldía de Guayaquil. Además se fundó en un esfuerzo por salvar su capital político de los miembros del PSC, sobre todo, por los resultados que obtuvieron en dichas elecciones, al captar solo cuatro legisladores.
Años atrás contaba con 30 diputados en el Congreso; luego, en 2003, tenían 25, pero eran la primera fuerza legislativa. Sin embargo, la realidad de MDG es distinta, ya que sus integrantes no han sido capaces o no han mostrado mucho interés en forjar alianzas políticas más amplias y sólidas. Un ejemplo, las pasadas elecciones seccionales. (I)