Panamá, la tierra de los asilos
Tras enterarse del asilo otorgado por el gobierno de Panamá al exasambleísta de Sociedad Patriótica, Galo Lara, los familiares de las víctimas del triple asesinato de Quinsaloma prevén reunirse hoy con su abogada Tania Vásquez para definir acciones.
Esa no es la única reacción. Fermín Góndola Mejía, catedrático de relaciones internacionales de la Universidad de Panamá, en un artículo publicado en diario La Estrella de ese país, opinó que “resulta paradójico que este personaje (Lara), que dice buscar asilo político en nuestro país, prácticamente haya ingresado a nuestro territorio de manera clandestina por el puerto fronterizo de Obaldía y no utilizara los canales adecuados”.
El jurista panameño sugiere a “nuestros gobernantes que tengan mucho cuidado en cuanto a la solicitud de asilo presentada a nuestras autoridades y examinar de manera exhaustiva la misma, ya que todo indica que este es un delincuente y es muy difícil catalogar su actuar en Ecuador como un asunto político, ya que la forma de ingreso a Panamá tiene todas las características de un delincuente común. Si las autoridades ecuatorianas se desplazaron hasta Panamá, ¿por algo será?; ya que la maltrecha figura de asilo no aguanta un desacierto más; es una de las instituciones del derecho internacional más desprestigiada y prostituida tanto a nivel internacional como nacional”.
No es la primera vez que Panamá otorga polémicos asilos. En marzo de 2012 se lo concedió al director del diario El Universo, Carlos Pérez Barriga, quien había sido encontrado culpable de injurias.
Panamá asiló en septiembre pasado a nueve balseros cubanos detenidos en Bahamas. En 2010 hizo lo propia a la exdirectora del Departamento Administrativo y Seguridad (DAS) de Colombia, María del Pilar Hurtado, acusada de peculado, violación ilícita de comunicaciones y otros delitos. Eso desató el enojo de organizaciones humanitarias.
El presidente Rafael Correa lamentó que el pueblo panameño tuviera a Galo Lara en sus calles
También ha asilado al exhombre fuerte de Haití, Raoul Cedras, y a los expresidentes Jorge Serrano (Guatemala) y Abdalá Bucaram (Ecuador), reclamados en sus países por escándalos de corrupción o por violación a los derechos humanos.
El pasado jueves, las autoridades panameñas advirtieron a Bucaram que cesase en sus críticas al gobierno ecuatoriano en las redes sociales porque “lesionan” el asilo, lo cual fue agradecido por Quito, aunque pidió “correctivos más fuertes”.
De hecho el exgobernante siguió con sus ofensas ese mismo día.
Por Panamá también pasó en el año 2000 el peruano Vladimiro Montesinos, jefe de inteligencia durante el gobierno de Alberto Fujimori. Debido a la fuerte presión, éste desistió y huyó a Ecuador.
También estuvo un tiempo breve Mohammad Reza Pahlevi, el sha de Irán, derrocado por la Revolución Islámica en 1979. El expresidente argentino Juan Domingo Perón también conoció el exilio panameño, después de ser derrocado en 1955 por un golpe militar.
Pedro Granja, abogado de Galo Lara, aseguró que “con este asilo le está negado el pedido de extradición, porque en un principio en doctrina no se hace la devolución cuando está en grave riesgo la vida de un asilado o cuando se demuestra que es un perseguido político”.
Juan Vizueta, otro de los abogados del exasambleísta, dijo que el Estado panameño se ha tomado 57 días en revisar meticulosamente cada uno de los documentos apostillados.
Vizueta manifestó que un promedio de 15.000 folios relacionados al caso fueron presentados a las autoridades del istmo.