31 mujeres, víctimas de violencia política en 1 mes
El uso de las redes sociales se ha desconfigurado de su concepto original: informar y entretener. En los últimos tiempos estas son utilizadas para desinformar, a través de las Fake news. Y no solo eso, también se han convertido en una “herramienta” que propaga la violencia política contra la mujer con representatividad pública o no.
Es así que la Corporación Participación Ciudadana emitió un primer reporte de diciembre de 2019 a enero de 2020, en cuanto a los epítetos más utilizados y a quiénes han sido dirigidos.
En él se contabiliza que 31 mujeres fueron víctimas de insultos discriminatorios siendo los epítetos más utilizados: sinvergüenza, corrupta, mediocre, vendida, ridícula, asesina, cínica, estúpida, María Bala Plomo, mejor ándate a lavar ropa, buena para nada, entre otros.
Estos insultos, según la Corporación Participación Ciudadana, se encasillan en varios aspectos como la apariencia física, rol de género, clase social. También para desvalorizar el rol de la mujer en la política, la violencia gráfica que hace referencia a los memes, emojis y videos.
Para el sociólogo Homero Ramírez, las redes sociales son utilizadas soterradamente para la violencia, pues en el país “no estamos enseñados a que las mujeres opinen más abiertamente y sobre todo de política”.
Explica que si la mujer es persistente se utilizan los insultos porque esta se asusta y se retira de esa cancha, no así un varón que está entrenado para pelear y soportar esos ataques.
Ramírez señala que el anonimato en las redes sociales permite emitir groserías y palabras no decentes que no se las diría en persona. “El anonimato es la cortina que sirve para expresar lo que no podemos hacerlo frente a esa persona porque cuando la insultamos va a haber una réplica, se debe dar explicaciones, y en las redes sociales no”.
Las mujeres -destaca- tienen que entender que siempre van a ser atacadas en la medida que tengan mayor presencia. La persistencia, según el sociólogo, es la clave, pues dentro de un tiempo se abrirá un espacio no solo por la presencia sino por la credibilidad que tenga la mujer.
El reporte de la Corporación cita 195 palabras violentas contra mujeres que son funcionarias públicas, periodistas y miembros de la sociedad civil.
Observatorio
Mónica Banegas, vocera del Primer Observatorio Nacional de la Participación Política de la Mujer, mencionó en días pasados a este Diario, que uno de los ejes de este organismo es monitorear la violencia política en redes.
Desde el pasado 1 de noviembre lo han hecho con 34 perfiles de mujeres vinculadas a diferentes áreas. Entre las víctimas de violencia política constan: ministras, asambleístas, prefectas, viceprefectas, alcaldesas, concejalas, periodistas y activistas políticas. Ella cita que los insultos más recurrentes son: gorda-fea, gorda-histérica, ándate a la cocina o inepta.
Un estudio de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe señala que el acceso de las mujeres al poder político se ha visto limitado e impedido debido a un fenómeno reconocido como violencia política por razón del género.
Señala que el patriarcado es un concepto clave para el análisis de la realidad de injusticia que vive este género. Con este concepto coincide el sociólogo Javier Gutiérrez, quien sugiere tres dimensiones identificadas en los ataques en redes sociales.
El primero es la cultura machista, que pone por delante al hombre que es el que ha tenido siempre protagonismo. El segundo, indica, es el racismo. “Se excluye a la mujer por el color de su piel, por su etnia”.
Y, en una tercera dimensión, precisa que está el temor a lo nuevo, lo cual es contradictorio porque mientras las encuestas sugieren que la ciudadanía quiere rostros frescos en la política, en redes se los ataca, especialmente a las féminas. “Hay temor de que aparezcan nuevas lideresas”.
Metodología de monitoreo es usada en cinco países
El Primer Observatorio Nacional de la Participación Política de la Mujer utiliza para monitorear la violencia política contra las mujeres en redes sociales, específicamente en Facebook y Twitter, una base metodológica que ha sido aplicada en países como Estados Unidos, Argentina, Colombia, Perú y Chile, desde cuatro sesgos o estereotipos.
El primero, el que enfatiza el papel de madres y los aspectos de la vida doméstica y privada de las mujeres. El segundo, el que explica las carreras políticas, los logros y méritos de las mujeres por su relación con hombres poderosos o influyentes.
El tercero, el que alude a la falta de control, racionalidad e inteligencia emocional de las mujeres. Y, el cuarto, enfatiza en la importancia de la apariencia física y la vestimenta de las mujeres.
El Observatorio llegó a la conclusión de que el estereotipo 3 es el más utilizado para agredir a las mujeres. “Estos estereotipos señalan directamente a la conciencia, racionalidad o incapacidad de las monitoreadas por el ejercicio de su función política o directiva, tildándolas de asesinas, corruptas, vendidas, irracionales, locas’”.
Los estereotipos 1 y 2 están dirigidos a las amas de casa. (I)