“Tienen que irse a la casa”, manifestó ayer el presidente Lenín Moreno en relación a los miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS) durante una reunión con los integrantes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) en el Palacio de Carondelet.

Tras conocer que el gremio se pronunció a favor de la consulta popular y que respalda la gestión del Ejecutivo, Moreno les prometió que de aprobarse la pregunta enviará una terna del sector de los trabajadores para que conforme el CPCCS transitorio.

“El CPCCS no ha cumplido su trabajo y tiene que irse a la casa. Muy seguramente, ese consejo estará integrado por un representante de los trabajadores”.

El Gobierno y la CUT acordaron también que el tratamiento de los derechos del sector obrero, así como la apertura de nuevas plazas laborales sean tratados en el Consejo Nacional del Trabajo y Salarios, mediante el diálogo tripartito entre los empleados, los empleadores y el Estado.

Además el Gobierno prometió que las nuevas modalidades de trabajo no violarán los derechos del sector laboral.

Oswaldo Chica, presidente de la CUT, resaltó que ellos son parte de la construcción del nuevo Código Orgánico Laboral. Al mismo tiempo informó que hoy el gremio efectuará una marcha en respaldo a la gestión de Moreno.  

Dirigentes como Richard Gómez criticaron que al colectivo lo traten como traidor y desleal por seguir apoyando a la Revolución Ciudadana.

Las autoridades manifestaron que en su momento la asambleísta Liliana Durán, primera vicepresidenta de la CUT, deberá responder a las bases por su postura política.

La legisladora respalda al vicepresidente Jorge G. y al expresidente Rafael Correa.

Finalmente, Ledesma desmintió que el Frente Somos Ecuador, que será conformado hoy en Quito, sea un ente que haga oposición política (grupo de choque) al movimiento Alianza PAIS.

“No es un frente constituido para pelear con nadie. Solo estamos defendiendo la consulta popular”.

Moreno cuestiona ‘ambición desmedida’ en gestión de Correa

Aunque reconoce aspectos positivos, al Mandatario le “preocupa la última etapa de la década pasada, donde la ambición desmedida estructuró toda una rosca para sostener el poder. El asunto se volvió siniestro: encontré una cámara instalada (en el despacho), se hackeaban las cuentas de la  gente. Ese comportamiento siniestro lo queremos desterrar de nuestro Gobierno”.

Afirmó que la Refinería del Pacífico es parte del catálogo de las  más de 640 obras con problemas que tienen principalmente incremento en sus presupuestos iniciales.

“En este momento tenemos nueve inversionistas -solamente- porque el Gobierno genera confianza. Ellos están dispuestos no a poner el 10% ni el 20%, ni a prestarnos la plata, sino a poner la totalidad del costo de la Refinería del Pacífico”, concluyó el Primer Mandatario. (I)