En junio pasado la Superintendencia de Compañías (SC) notificó a 5.425 empresas -de 74.118 existentes en Ecuador- por estar inmersas en al menos una causal de disolución. Unas 2.502 estaban en Quito,  1.860 en Guayaquil, 413 en Cuenca, 232 en Portoviejo, 206 en Ambato y el resto en otras ciudades.

Todas fueron notificadas por incumplir con alguno de los 13 numerales del artículo 361 de la Ley de Compañías, relacionados con las causales de disolución, especialmente con el numeral 6: “Por pérdidas del 50% o más del capital social o, cuando se trate de compañías por responsabilidad limitada, anónimas, en comandita por acciones y de economía mixta, por pérdidas del total de las reservas y de la mitad o más del capital”. Tras la notificación las compañías tienen un plazo de 30 días para subsanar la pérdida. De no hacerlo, la Superintendencia de Compañías procederá a la disolución y liquidación de las mismas.

Otras de las causales estipuladas en el artículo 361 son: Por auto de quiebra de la compañía, legalmente ejecutoriado; por acuerdo de los socios, tomado de conformidad con la ley y el contrato social; por no elevar el capital social a los mínimos establecidos en la ley; por inobservancia o violación de la ley, sus reglamentos o estatutos de la compañía, que atenten contra su normal funcionamiento o causen graves perjuicios a los intereses de socios, accionistas o terceros; por obstaculizar o dificultar la labor de control y vigilancia o por incumplimiento de las resoluciones que ella expida.

Notificación alcanza a diario Hoy

Entre las empresas notificadas en el último mes por reflejar constantes pérdidasen los últimos años figura Editores e Impresores Edimpres S.A., compañía establecida en Quito y dedicada a la publicación y edición de periódicos, entre ellos, de diario HOY. El presidente ejecutivo y principal accionista es Jaime Mantilla Anderson.

Edimpres opera legalmente 32 años y, según consta en el portal web de la Superintendencia, en los últimos 15 años (1999-2013) registra pérdidas.

Solo declara ganancias en 3 años: en 2004, por $ 80.320,93; en 2005, por $ 164.711,52; y en 2006, por $ 33.942,06 (ver infografía).

Según datos del Servicio de Rentas Internas (SRI), Edimpres pagó por concepto de Impuesto a la Renta $ 25.486,41 en 2004; $ 36.667,97 en 2005; y, $12.731,09 en 2006. Estos son los únicos 3 años en que reporta ganancias, mientras que de 1999 a 2003 y de 2007 a 2013 únicamente registra pérdidas.

El capital suscrito por Edimpres fue de $ 4’600.000, pero en 2013 se detectó que las pérdidas netas alcanzaban los $ 4’215.753,35. Es decir, ya no cuenta con el 50% o más del capital social, como lo estipula la Ley de Compañías. La compañía tiene 30 días para subsanar el déficit, y de no hacerlo el organismo de control podrá iniciar, de oficio, el trámite de disolución y liquidación.

Con la finalidad de conocer cómo ha sido el proceso de Edimpres para subsanar las pérdidas y qué pasaría con los empleados si entrara en disolución, EL TELÉGRAFO consultó a Jaime Mantilla vía correo electrónico. “El oficio enviado por la Superintendencia de Compañías en su gestión de revisión de los libros sociales, el 20 de junio fija un plazo de 30 días para que sea contestado con los descargos correspondientes. Ese plazo está corriendo, por lo que no podemos adelantar ningún comentario. Entendemos que mientras la empresa no presente los descargos, no debería hacerse público el contenido de ese oficio, por lo que sería conveniente dirija su consulta a la Superintendencia de Compañías”, contestó Mantilla.

Desde este lunes diario HOYdejó el papel para convertirse en un medio digital. En un editorial Mantilla indicó que el cambio “ubica al diario por el camino por donde empiezan a transitar todos los medios escritos en el planeta”.  

Ayer, en una entrevista televisiva, Mantilla culpó a la Ley de Comunicación y a una supuesta persecución del actual Gobierno de la crisis económica que enfrenta Edimpres. El 14 de agosto de 2013, en una entrevista con EL TELÉGRAFO, Mantilla se refirió a la falta de liquidez como consecuencia del pago de la mora patronal al IESS, y que ocasionó un retraso en los salarios.