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Este segmento de la población se incrementó no solo en el país, sino en toda américa latina llegando a 50 millones

La clase media ecuatoriana aumentó casi el doble en 10 años: pasó del 14% al 27%

La clase media ecuatoriana aumentó casi el doble en 10 años: pasó del 14% al 27%
23 de agosto de 2015 - 00:00 - Redacción Política

El carro 4x4 color plata de la pareja Martínez-Romero cruza una de las avenidas del norte de Guayaquil en dirección a un sushi-bar. Es jueves por la noche, salieron del trabajo y el auto aún ‘huele a nuevo’, incluso tienen los sellos de la concesionaria pegados en los asientos de atrás. Lo compraron hace poco en $ 29.000 y lo pagarán en 10 años. “Es un tiempo que podemos afrontar tomando en cuenta que ya somos papás”, dice Laura Romero, con una sonrisa mientras se acomoda su labial en el espejo. Están de apuro, van a encontrarse con amigos.

Ella trabaja precisamente en la concesionaria de vehículos, él es comunicador corporativo de una empresa cementera local. Si hay algo que define a la clase media ecuatoriana y a la latinoamericana en general son sus estudios. Según el Banco Mundial, la mayoría tiene título de tercero o cuarto nivel. “Viven en las grandes ciudades y son empleados formales y estables, con cargos en el área de servicios, incluyendo salud, educación y la burocracia. Pocos tienen negocios propios o trabajan en fábricas y labores de manufactura”, dice el estudio del  organismo, hecho en 2013.

Lo cierto es que más de 50 millones en América Latina han subido peldaños en la llamada ‘escala social’, medida en economía por el acceso a servicios, educación, posiblidad de consumo y mejores ingresos. En este grupo están los Martínez-Romero y al menos el 83,3% de los hogares de 5 ciudades del país, según una investigación del INEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos) en 2011.

Los datos de la Senplades hablan incluso de un incremento de la clase media en casi el doble, pasando del 14% al 27% en la última década.

¿Qué consumen los nuevos compradores?

El informe del Banco Mundial aclara que es casi imposible describir una radiografía exacta de cómo se comporta la clase media en los países de América Latina.

En Ecuador se efectuó una observación en las 2 principales ciudades. Ese jueves, cuando los esposos Martínez-Romero salían a comer sushi con sus amigos, Enrique Segovia “daba una vuelta” por un centro comercial para ver qué podía comprar. Se acaba de comprar una camiseta deportiva.

Él se autoidentifica como una persona de clase media, porque vino de una familia de bajos recursos que supo superarse hasta tener una mejor posición económica.

En el mall las tiendas de zapatos y el cine tienen mayor demanda la tarde del jueves. Pero nada comparable con los restaurantes. En uno de ellos estaba Viviana Cedeño y su compañera de oficina Clara Garzón, quienes optaron esta semana por comer fuera. Cada una gastó en promedio $ 7.

Según el presidente del Colegio de Economistas de Pichincha, Víctor Hugo Albán, en la clase media están personas como Viviana y Clara, que tienen una situación laboral estable y un ingreso mensual seguro. Los nuevos clase media perciben desde $ 354 (que es un sueldo básico) hasta un promedio de entre $ 1.200 y $ 1.400 al mes.

En la encuesta del INEC se calificó a la población en 5 categorías. Se asignó A para los hogares cuyos niveles de vida son más cómodos y D para los que carecen de objetos y servicios básicos.

Aunque el INEC no tiene una clasificación como tal de clases se considera la categoría C+ y C- como la típica media (ver infografía). Para Albán, los cambios y el crecimiento de los ingresos empezaron en 2005.

Pero esta realidad no se aplica de igual forma en todas las ciudades, Santiago Pérez, de la encuestadora SP de Investigación y Estudios, afirmó que no se puede comparar a la clase media de Guayaquil con la de Napo o con la de Zamora, porque la situación social, acceso a servicios básicos y prioridades no son los mismos.

Detalló que a esa conclusión ha llegado luego de obtener resultados de los estudios de opinión. Pérez, al igual que la definición del Banco Mundial, indicó que la clase media está en el perímetro urbano.

Según el representante de SP, entre Guayaquil y Quito hay una marcada diferencia entre la clase media, lo que radica en sus preferencias. “En Quito puede estar más estratificada en servidores públicos, burócratas y empleados de empresas privadas, mientras que la clase media guayaquileña es más comerciante, empresarios”.

En estas diferencias laborales radicarían las diferentes perspectivas y posturas que se evidencian con respecto a las últimas manifestaciones en el país. “Por eso es que a veces esas clases medias no piensan igual y tienen diferentes visiones sobre el rol del Gobierno y el grado de intervención que debe tener en la vida del ciudadano”, expresó Pérez.

Según Pérez, el guayaquileño es más liberal y pide menos impuestos. Mientras que en Quito son más críticos y cuestionadores del sistema político. Por ejemplo, la pareja Martínez-Romero opina que los cambios sociales en el país son innegables. Citan las escuelas del milenio como un ejemplo, pero les molesta que por su auto nuevo tuvieron que pagar casi $ 1.000 en impuestos y otros cobros. “Deberían existir menos imposiciones”, dijo la joven.

Otras dinámicas que se observan en la clase media es que tiene más conexión a internet. Las tendencias de consumo también son una característica; según la estratificación del INEC, en el nivel C las personas compran su ropa en centros comerciales, como Linda Espejo, quiteña de 35 años y con un masterado en políticas públicas.  Ella prefiere ropa importada, aun si el precio es un poco más alto. “Por mi trabajo debo vestir de forma ejecutiva y eso cuesta”.

En cuanto al consumo, los criterios de Albán y Pérez no son uniformes. Para el primero el estrato medio sí compra en un mall, mientras que Pérez enfatiza que eso depende de las zonas. “Por ejemplo, yo creo que estos centros comerciales inaugurados en Playas, Milagro, Durán son una atracción para los sectores populares y es porque responde a una situación aspiracional de clase media, además de ser seguro y bonito”. Ahí entra otra variable, el estrato medio tiene una aspiración: el trato con una clase de más ingresos.  
Lo que sí es una tendencia por la clase media del país es la moda, por ejemplo, de la vida sana. “Ahora hacer dietas y consumir productos naturales se volvió común entre ellos y eso obligó a más opciones de servicios de este tipo”.

Con respecto al consumo, Felipe Terán, de la empresa de publicidad Maruri, explicó que mayoritariamente sus clientes piden campañas diseñadas a la clase media, que ellos también la catalogan como C. Para él es muy complejo estandarizar a la clase media por sectores geográficos y lo hacen más bien por las preferencias o los lugares que frecuentan.

Pero el lugar donde viven sí es otro factor de la clase media. Giselle Mayorga habita en una de las urbanizaciones cerradas en la vía Aurora-Daule, muy cerca a la avenida Samborondón. “No soy ni pobre ni rica”, aclara mientras salía de un supermercado en su zona.

En esta vía se cuentan al menos 13 urbanizaciones con sus respectivas etapas. En el mismo sector también hay al menos 5 nuevas construcciones con características muy similares entre sí: de una planta o dos, con espacios para jardineras y parqueo propio, y siempre detrás de murallas. Otro desarrollo son los centros comerciales. Hay un proyecto en particular llamado El Dorado, que se concibe como toda una ciudad de 400.000 m² de superficie con negocios, cine, hospital y supermercado.

Un aspecto que destaca el informe del Banco Mundial es que en América Latina la clase media creció por 2 factores: aumento de empleo y redistribución de la riqueza junto a la disminución de la pobreza. Este último factor incide en el 74% del crecimiento de este segmento. Estas 2 variables se observan en mayor medida en Argentina y Brasil.

Mientras que en Ecuador la redistribución es menos del 1%, es decir que Giselle, Linda o Enrique pasaron a la clase media por sus ingresos y nuevos empleos, además de las mejores macroeconómicas del país. (I)

¿Qué hace la clase media?

Si de comprar o comer se trata, los centros comerciales son uno de los lugares predilectos por el estrato social medio.

Durante un jueves por la tarde, luego de una observación en dos centros comerciales se identificó que las tiendas de ropa de marca lucen semivacías de clientes, mientras que en otras, en donde tienen prendas con precios rebajados, hay más demanda.

"Pasear por el mall es como una terapia, siempre hay cosas lindas en las vitrinas, si puedo comprarlas en ese momento, lo hago"
Cristina Rivera, 25 años, Guayaquil.

"Me identifico como de clase media porque aunque tengo necesidades vivo en un ambiente cómodo, producto de mi trabajo"
Viviana Cedeño, Guayaquil.

"Tengo el tiempo necesario para realizar tareas del hogar y trabajar en mi negocio propio"
Giselle Mayorga, vive en la vía La Aurora.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Quito:

"No apoyo las marchas porque caotizan la ciudad, creo que la clase media debe enfocarse en seguir trabajando"
David Aromo, quiteño, padre, 37 años.

"Ya en Cumbayá no se puede decir que solo viven los funcionarios del Estado, también gente trabajadora que ha podido comprarse un apartamento" Esteban Salcedo, 45 años.

"Para mi ser clase media significa que trabajo duro, pero de vez en cuando puedo salir de viaje, cambiar de carro, tener estabilidad, un seguro médico y comprar algo que me gusta"
María Alejandra Farías, quiteña.

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