Presidente instó a conservar los saberes ancestrales
Sin importar el sol y con música y danza, alrededor de 10.000 personas esperaban a un invitado especial en el Complejo Arqueológico Puntiatzil, en Cayambe, al norte de Pichincha.
Se trataba del presidente Lenín Moreno, quien participó este juves 21 de junio en la ceremonia del Inti Raymi. Acompañado de sus colaboradores y la escolta presidencial, el Mandatario ingresó al lugar sobre una alfombra negra decorada con pétalos de flores.
En el evento también participó su esposa, Rocío González. Mientras recorrían el sitio los asistentes les daban la bienvenida; hubo quienes incluso hasta aprovecharon la ocasión para tomarse fotos con ellos, (aunque estaban distantes). “Alli puncha”, se escuchaba repetidamente, palabras en kichwa que significan “buenos días”.
El ministro de Turismo, Enrique Ponce de León, y los secretarios nacional del Agua, Humberto Cholango; y de la Presidencia, Juan Sebastián Roldán, quienes también lo acompañaron, fueron “bendecidos” por los anfitriones.
Sin embargo, la tradicional celebración empezó antes.
Estudiantes, padres de familia y docentes de alrededor de 80 unidades educativas bailaron desde el Parque Central de Cayambe hasta el complejo Arqueológico, incluso recorrieron la calle Junín. Los cánticos, la chicha, la cerveza y el baile fueron la tónica de la jornada festiva.
Juan Carlos, Anita y José, por ejemplo, estaban vestidos con trajes típicos de la nacionalidad Cayambe, y junto a sus hijos cantaron pasacalles.
Así fue como un año más se rindió homenaje a la Fiesta del Sol.
Por eso el Mandatario instó a la gente a que respete la naturaleza y conserve los saberes y conocimientos milenarios. “No permitamos que estos saberes ancestrales se pierdan. No permitamos que se diluyan”, manifestó al tiempo que exhortó a los ciudadanos a que cultiven el pensamiento de indígenas como Dolores Cacuango y Tránsito Amaguaña.
“Quienes vivimos en la ciudad y hemos hecho una vida citadina tendemos a olvidarnos de los saberes”, manifestó a los asistentes.
La fiesta del Inti Raymi es la manifestación intercultural y de preservación de la memoria de la identidad andina más grande del mundo indígena, la cual se celebra cada junio, durante y después del solsticio de invierno.
La jornada estuvo llena de expresiones simbólicas de orden filosófico, religioso, político, económico y astronómico. Los líderes de la ceremonia agradecieron al Jefe de Estado por su presencia y por generar “buena energía y fuerza”.
En dicho sitio, considerado sagrado y en el cual el Presidente permaneció cerca de una hora, los presentes de manera espiritual -según los sabios- hicieron contacto con la tierra y el Sol.
La idea, según los anfitriones, es recibir energía para que los pueblos y nacionalidades sobrevivan.
Con el sol en pleno cenit, Moreno junto a su esposa recibió ofrendas como frutas y granos típicos de la zona.
“Dayanita”, una niña de la comunidad, entregó directamente los regalos. “Señor Presidente, nosotros como niños, niñas y adolescentes del territorio Cayambe le entregamos estas ofrendas para compartir con los presentes”, expresó la niña dirigiéndose al Jefe de Estado.
Dayanita incluso le recordó al Mandatario que los lugareños recogieron propuestas y demandas de los niños, principalmente, para que el Mandatario fortaleciera la cultura e identidad.
Bladimir, una persona con discapacidad, también le entregó un Aya Uma (la figura de un ser mitológico que “cuida” a la comunidad), que además representa tiempo y espacio.
Mientras se efectuaba el ritual, una bandera, conocida como la “Cruz del sur”, flameaba al mismo tiempo que los danzantes, alrededor del hemiciclo, bailaban y cantaban. Según César Pilataxi, asesor de la Alcaldía de Cayambe y un conocedor de saberes ancestrales, la ceremonia dio felicidad, paz y armonía al Primer Mandatario.
Los dirigentes y autoridades del cantón también le formularon alrededor de siete peticiones. Además le entregaron un documento para que los apoyara en el mejoramiento de la infraestructura de dicho lugar.
Asimismo, solicitaron un hospital para la localidad y principalmente (están preocupados, ya que no existe, según ellos) políticas de control en las fronteras para combatir, por ejemplo, el contrabando de leche. (I)
Representantes de 80 centros educativos participaron en la ceremonia. Agradecieron la presencia de Lenín Moreno. Foto: Miguel Jiménez / El Telégrafo