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“La corrupción de los hospitales no puede tapar la del correísmo”

Gustavo Larrea. Director de Democracia Sí
Gustavo Larrea. Director de Democracia Sí
Foto: El Telégrafo
05 de julio de 2020 - 00:00 - Carla Maldonado

El exdirector de la Asociación Latinoamericana de Derechos Humanos (Aldhu) y exsubsecretario de Gobierno, Gustavo Larrea, habló con este diario sobre la corrupción y las candidaturas a las próximas elecciones de 2021.

La corrupción aumentó en los últimos meses en Ecuador y en el resto de la región, dice un informe de Transparencia Internacional. ¿Qué piensa de eso?
Probablemente la contratación pública de emergencia tiene menos procedimientos y hace que la corrupción se exprese con mayor fuerza. De todas maneras, este fenómeno es sistémico y, en el caso de Ecuador, tenemos problemas graves en cuanto a control de la corrupción.

La Contraloría no tiene el examen previo a la contratación pública, que fue eliminado por la Constituyente. Eso es muy grave y la Asamblea no hizo esa reforma constitucional. Estamos atrasados en poner freno a la corrupción y en combatirla con fortaleza. Muchos proyectos de ley están en la Asamblea, pero ninguno se aprobado.

¿Si no se han aprobado es porque no tienen interés los asambleístas o porque tienen proyectos más coyunturales?
Creo que se vive de coyuntura en coyuntura y se pierde el sentido de lo estratégico y vital para el país. En el Legislativo está atrasada la reforma del Estado, el combate a la corrupción, la reforma educativa, a la salud pública. Creo que la Asamblea no tiene sentido de urgencia, no ha tratado los aspectos vitales para Ecuador.

Uno de ellos es la lucha contra la corrupción, el control de dominio, la contratación pública. Ese tema debe ser público, no puede ser secreto de Estado, deben tener acceso la ciudadanía, los medios de comunicación y los organismos de control. Los parlamentarios, además de debatir los proyectos de sus líderes que hablan a futuro, deberían enfrentar ahora los problemas urgentes.

Los ciudadanos miran estupefactos y asqueados la corrupción durante la pandemia. Robar en el confinamiento es perverso.
Eso no tiene perdón, es una barbaridad que devela los graves problemas de la sociedad. Hay gente que ocupa funciones públicas, gana una alcaldía, una prefectura o logra espacio en el Gobierno central y cree que es la patente de corso para hacer lo que quiera.

Llegan a la función pública y creen que es como el programa de TV de Polo Baquerizo: “Haga negocio conmigo”. Aquí se roba todo con descaro. Indigna, asquea a la sociedad y debemos combatir con energía la corrupción. Hay que sancionar esos casos y reformar leyes que creen instrumentos eficaces en la lucha contra la corrupción.

¿Por qué hay tantos políticos corruptos en este país?
La justicia debe sancionar con todo el rigor de la ley a quienes han usado y abusado del sistema de salud pública para corromper y robar el dinero del pueblo. Esta es una conspiración público-privada. Alguien decía que la alianza público-privada no funciona para reactivar la economía, sino para la corrupción.

Hay un problema de fondo sobre la actividad privada y pública, cuando alguien está en la primera es la eficiencia en ganar dinero. En el campo público es para servir a la ciudadanía, no para quitar los fondos a los niños desnutridos, a las familias que necesitan salud, educar a sus hijos.

Falla la justicia; aún hay jueces ligados al correísmo.
Se necesita la voluntad política para corregir las cosas con sentido de urgencia. Aquí hay que arreglar las cosas ahora, esa es la responsabilidad de los asambleístas y del Gobierno. Tienen que trabajar día y noche para solucionar los problemas del país.

Pero estos casos de corrupción en los hospitales han hecho olvidar los grandes casos de corrupción de la era correísta: Terremoto, deuda externa, refinería, entre otros.
Es parte de la realidad, el correísmo quiere pasarse de listo y dice que no tiene responsabilidad. Es evidente que tiene responsabilidad jurídica, decenas de exministros y exgerentes de empresas públicas tienen sentencias ejecutoriadas; hay otros con órdenes de prisión, se lavan las manos.

La corrupción no es solo de la pandemia, viene desde hace muchos años, pero en la década de Correa hay sobreprecios en las obras públicas, por ejemplo, en la repotenciación de la Refinería de Esmeraldas. Se llevaron los fondos públicos y tienen que pagar por lo que hicieron. La corrupción de los hospitales no puede tapar la historia de la corrupción durante esa década y anterior a ella.

¿Cómo entender que Correa todavía tenga seguidores?
Tuvimos 10 años de propaganda, dijeron que Ecuador se había convertido en el “Jaguar” de Latinoamérica, que se había superado la pobreza. Pero ese Gobierno desfalcó los fondos públicos y muchos de los funcionarios del correísmo están sentenciados.

Si hacemos un recuento, hubo corrupción en temas del petróleo, construcción de hospitales, de carreteras, obra pública, minería, la seguridad social. ¿En dónde no hubo corrupción en la década pasada?

El expresidente anunció que quiere ser candidato a vicepresidente. ¿Puede hacerlo?
Es la ambición del poder, él quiere que todo quede en la impunidad. La Constitución establece la reelección por un solo período y Correa ya fue reelecto, no puede ser vicepresidente. Y la función del segundo mandatario es reemplazar al Presidente en ausencia temporal o definitiva.

También cumplir con las funciones que le encargue el Primer Mandatario. Por lo tanto, Correa no puede reemplazar al Presidente ni ser candidato porque violaría la Constitución.

Nebot renunció a la candidatura para presidente. ¿Con esa decisión pateó el tablero electoral y Lasso tendría más oportunidades de llegar a Carondelet?
No pateó el tablero electoral, el país estuvo tres meses encerrado por la pandemia. La situación política del país es crítica y creo que los ciudadanos buscamos una salida democrática, de estabilidad al país, de esperanza y futuro. Nebot es un candidato con un nivel alto de adhesión.

El PSC-MG intentará transferir los votos de Nebot hacia su candidato presidencial y lo logrará parcialmente porque su votación se dispersará en muchos candidatos.

Falta menos de un año para las elecciones y ya hay 10 candidatos.
Hay cantidad de partidos ante la restricción que hubo en el correísmo, la Función Electoral abrió la posibilidad de inscripción. Hay un exceso de fuerzas políticas y habrá una gran cantidad de candidatos. Ecuador expresa una diversidad de tendencias, de sectores y, en ese sentido, históricamente hemos tenido muchos candidatos: ocho, diez y más.

La derecha está dispersa. La centroizquierda puede lograr unidad y debe constituir un frente muy amplio. Pachakutik, por ejemplo, irá con un candidato indígena y Democracia Sí tomará una decisión en julio. Hay que construir una plataforma que tenga sensatez y sentido del momento que atraviesa el país, y no una plataforma descabellada con lirismos.

No se puede decretar la felicidad ni la armonía con la naturaleza ni la erradicación de la pobreza o el desarrollo sustentable. Pero sí podemos trabajar en esa dirección como un proceso y no como un suceso. Para eso se requiere sensatez y madurez. (I)

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