Grupos vulnerables cenaron con el Presidente
La última actividad pública del presidente Rafael Correa fue una cena navideña con ancianos y jóvenes betuneros en la emblemática estación del ferrocarril de Chimbacalle, en Quito.
La ministra de Inclusión Económica y Social, Doris Soliz, ratificó el compromiso del Gobierno contra la pobreza, injusticia y construir un país solidario.
En el acto, varios adolescentes del Centro Histórico de Quito que poco a poco van cambiando sus cajones de betún por el arte y el estudio, presentaron una propuesta musical con ritmo hip hop.
El presidente Correa destacó los logros sociales, como declarar al país libre del trabajo infantil en los botaderos de basura. Ratificó su compromiso y la lucha del Gobierno para que los niños estudien, jueguen y crezcan sanos, en lugar de trabajar en condiciones de peligro.
“Todo nuestro compromiso para seguir luchando para que no haya ni un solo niño que en lugar de estudiar tenga que trabajar”, acotó.
Reiteró todo el apoyo para trabajar en erradicar el trabajo infantil, para edificar un país más justo.
Al referirse a los adultos mayores, el gobernante aclaró que el trabajo que ellos requieren demanda mucha vocación y por esto agradeció a las comunidades religiosas que colaboran directamente en esta labor, junto a gobiernos locales y otras organizaciones.
“Ustedes merecen mucho más después de una vida de sacrificio por su país y la sociedad. Nuestro compromiso para multiplicar esfuerzos y cumplir con esa gran deuda que tenemos con nuestros adultos mayores a los cuales debemos tanto”, dijo, y deseó una feliz Navidad.
María Garcés, de 73 años, llegó con varios de sus compañeros que pertenecen al club ‘Amigos para siempre’, que se ubica en la Loma de Atucucho. Dijo sentirse entusiasmada con la invitación del Presidente.
“Hoy a los adultos mayores nos toman en cuenta; antes estábamos botados. Ahora hay un Gobierno que se preocupa por nosotros”, dijo.
Correa también expresó que este lugar (la Estación de Chimbacalle) refleja perfectamente la nueva Patria que se está construyendo. “Esa obra la dejaron perder y la reconstruyó la Revolución Ciudadana”, recordó el Jefe de Estado.
Ambiente navideño en Carondelet
El Palacio de Carondelet cambió en época navideña. Pesebres y adornos decoran los pasillos de la casa presidencial, que en estos días recibe a un personaje que transforma la vida de sus ocupantes. No se trata de ningún político ni eminencia extranjera, sin embargo, lleva el nombre de un duque australiano.
Es Segismundo, un perro golden, que Miguelito, hijo del presidente Rafael Correa, llevó a la Presidencia, y que con sus travesuras anima a los visitantes a Carondelet. Incluso, el Primer Mandatario grabó un saludo navideño en compañía del can, que juega con cualquier objeto que encuentra a su paso.
Segismundo no es el único que llama la atención. También lo hacen pesebres de 10 países que decoran los pasillos. ¿Se imagina un pesebre diseñado con hojas de plátano o un Niño Jesús elaborado en la pulpa de una papa? 57 artesanos sí lo hicieron y el resultado lo plasmaron en obras de arte, de todos los tamaños, que son parte de una exposición itinerante que estará abierta hasta el 17 de enero en la sede de la Presidencia, en Quito. La muestra, cuya entrada es gratuita, recoge las creaciones de artistas de Brasil, Perú, México, Colombia, Venezuela, Uruguay, Argentina, Puerto Rico y Costa Rica.
Andrés León, guía del Palacio de Carondelet, contó que la exposición es parte del trabajo del Centro Interamericano de Artesanías y Artes Populares (Cidap), un organismo público orientado a impulsar y valorar las artesanías y la cultura popular de Ecuador y América Latina.
En la muestra sobresale un pesebre elaborado en las tradicionales conchas Spondylus. El trabajo fue modelado y calado por el artista ecuatoriano Napoleón Cabrera, de la provincia de Santa Elena. La Virgen María, San José y el Niño Jesús de marfil reposan sobre la concha semiabierta.
Segundo Ruiz (Galápagos), en cambio, creó sus trabajos sobre cachos de toro. Mientras Carlos Pauta (Ayacucho, Perú) decidió trabajar con chatarra.
El Cidap fue creado en 1975 por la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Gobierno ecuatoriano de aquella época. “De una u otra manera se logra recuperar el proceso de construcción de identidad y cultura que tiene cada comunidad”, afirmó León. Por ello, los artesanos usaron materiales como cristal o elementos reciclados como lana y hojas de plátano y papas.
Sobre el tubérculo, por ejemplo, decidió trabajar César Urbano (Ayacucho, Perú), quien presenta en la exposición un trabajo colorido que guarda las tradiciones de aquel país andino. Morado, verde, amarillo y azul son los colores de la pieza, que se levanta sobre una calabaza. En esta obra de arte, el Niño Jesús tiene un chullo, que es el tradicional gorro con orejeras tejido en lana, que usan en Perú. Mientras María usa un vestido con poncho y sombrero de copa.
Con esta exposición, la Presidencia se une a los festejos por Navidad y año nuevo. Su Departamento de Cultura creó un árbol de Navidad con juegos tradicionales. Trompos, baleros y catas cuelgan de las ramas del árbol artificial, que se asemeja a un cedro. León explicó que los juegos de madera se compraron a artesanos de la ciudad. En los pies del árbol, niños de cartón y tela juegan columpio, se divierten en el sube y baja o tratan de superar obstáculos en la escalera china de madera.
Estas no fueron las únicas actividades que se realizaron en época navideña, en el Palacio de Carondelet. El presidente Rafael Correa compartió con niños de escuelas urbanas y rurales del país la novena navideña.