La ministra del Interior, María Paula Romo, fue entrevistada en Primera Impresión, de Ecuador TV. Ella habló sobre la coyuntura política y las simulaciones del expresidente Rafael Correa y sus seguidores.

¿Hay una estrategia concertada para propiciar la desestabilización del Gobierno?

Los correístas son unos genios de la simulación, nos decían que aquí había una refinería, pero no es verdad. O que Ecuador es el jaguar de América Latina, pero debía a todo el mundo. Podríamos tener una larga lista de simulaciones para hacer política, donde lo que importa es hacer propaganda y hablar de la apariencia. Hoy repiten eso y son la oposición más importante al Gobierno y al país. Ponen en juego temas vitales para Ecuador, no solo al Presidente. Montan una simulación de una crisis que no existe. Por ejemplo, utilizan un recurso constitucional contra 153 funcionarios.

¿Pero cuál es el fin de esa simulación?

Correa pone mensajes en los cuales pronostica la salida del Presidente en funciones o dice que está en enfermo. Eso no es verdad, el Primer Mandatario está recorriendo todo el país. Simulan una crisis y abusan de un recurso constitucional y demandaron a 153 funcionarios: la Asamblea, el Consejo de Participación Ciudadana Transitorio, los superintendentes, los ministros y el propio Presidente. Con mucha sagacidad convocan un recurso; la jueza debe pronunciarse en audiencia. Ellos dan la idea de que todo el Estado está demandado y bajo vigilancia. Pero, ayer (el lunes),  la jueza les dijo que es improcedente porque está manipulado. Es también ilegal y es el resultado de espionaje, de escuchas, de manipulaciones y eso desecha la demanda.

¿El objetivo de ellos es crear inestabilidad?

Con el paso de los días y de la actuación correcta de los involucrados, las denuncias se caen. Los procesos de investigación son simulaciones y apariencia. ¿Qué lograron? Distraer a la ciudadanía, a las autoridades, a los jueces y a los fiscales. Ellos deberían atender a los ciudadanos en sus problemas reales. En la Asamblea también lograron distraer la atención y ahora están enfrascados en esa discusión. (I)