El presidente de la República, Lenín Moreno, recibió este miércoles un manifiesto suscrito por 41 de los 130 exasambleístas constituyentes que redactaron la Constitución de Montecristi, en respaldo a la consulta popular. 

El Frente liderado por la presidenta de la Comisión de Fiscalización y exasambleísta constituyente, María José Carrión, acudió al mediodía al salón Amarillo del Palacio de Carondelet.

El exasambleísta constituyente Gorki Aguirre hizo la entrega del manifiesto en el que se respalda la convocatoria a la consulta popular "como forma de consolidar el poder ciudadano".

También hacen un llamado a los distintos actores políticos para que participen en el diálogo nacional, "de manera honesta, transparente y visión de bienestar común".  Además se comprometen a una participación directa en el proceso. 

En su discurso, Moreno ratificó su visión contraria a la reelección indefinida y defendió la alternabilidad como principio básico de la democracia. Al mismo tiempo, cuestionó una vez más al anterior Gobierno.

"Siempre tuvimos el propósito de hacer una nueva Constitución, una que recogiera absolutamente las aspiraciones de cada uno de los sectores del Ecuador para poder converger en el desarrollo integral del pueblo ecuatoriano", sostuvo. 

Moreno recalcó que "el mejor mecanismo para cambiar una Constitución no puede ser otro que el acudir al mandante, aquella persona que delega una parte de su poder al mandatario". 

Reiteró que no cree en las reelecciones indefinidas, sino "en la promoción de valores nuevos, en respetar a la militancia, y una forma de hacerlo es no considerarse un enviado de Dios". 

De allí que resaltó que la Constitución de Montecristi reza con toda claridad la alternabilidad. 

El Jefe de Estado también se refirió  al diálogo que ha mantenido con los distintos sectores. "Un Gobierno no puede pelearse con todo el mundo. Cuando yo fui candidato, la gente estaba polarizada. Han transcurrido cinco meses y los ecuatorianos hemos recuperado la paz", dijo. 

Finalmente, subrayó que se busca recuperar el espíritu de Montecristi y dejar al próximo gobierno "ahí sí una mesa servida, un déficit fiscal inferior a los $ 2 mil millones y las cuentas pagadas". (I)