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Ecuador, 24 de Diciembre de 2024
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Andrés Silva Arancibia, experto en estrategias de Marketing Digital y docente de posgrado de Universidad de Valparaíso

Silva: “La educación digital frena a los rumores”

Silva: “La educación digital frena a los rumores”
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El profesor chileno de Estrategias Digitales Andrés Silva está convencido de que las personas se  volcaron a las redes sociales para compartir, interactuar, jugar, recomendar, opinar, denunciar, influir, entretener, cooperar e informar. Pero el uso de estas redes también genera perjuicios,  como es el caso de la difusión de rumores que elaborados por profesionales y  direccionados “a desacreditar personas, empresas y gobiernos llegan a provocar confrontaciones civiles”, manifestó el experto.

Las noticias engañosas se han convertido en un problema mundial. Ahora la gente cree mucho en lo que se publica en las redes sociales.

El tema de la desinformación no es nuevo; existe desde que empezamos a convivir en civilización y tiene que ver con la cultura del rumor. La gran diferencia es que hoy  las plataformas digitales permiten que el mensaje falso se viralice.

¿Por qué sucede esto?

Tenemos un problema de educación digital porque no verificamos la fuente de la información, por la rapidez e inmediatez del internet que nos hace compartir cosas que finalmente no son ciertas.

Además, en nuestra región se lee muy poco y mucha gente lo hace a través de teléfonos inteligentes, lo que agrava el problema.

¿Quién está detrás?

Cualquier persona con acceso a internet o un teléfono inteligente puede generar información falsa y compartirla en distintos canales.

Normalmente, en nuestra región el más utilizado es el WhatsApp,  seguido del Twitter, a través de los hashtags. A esto hay que sumarle que se crean cuentas falsas dedicadas a publicar rumores.

Se refiere a los denominados troll center, ¿pero quién los usa, opositores, gobiernos, ciudadanos?

Es una herramienta que se puede ocupar desde cualquier sector.

¿Estamos condenados a vivir desinformados en la época de la mayor información?

Lo que sucede es que hay una hiperinformación; el gran problema es la falta de educación digital porque, efectivamente, las nuevas generaciones y nosotros hemos aprendido a utilizar el teléfono inteligente, el internet, sin ningún estudio de carácter formal.

La gran deuda del sistema educacional es que nadie se hace cargo del tema de educación digital. Disponemos de equipos digitales, pero no nos enseñaron a conducirlos; es como decir que me dan un mejor automóvil sin tener licencia. Nadie nos ha enseñado cómo usar estas nuevas tecnologías con responsabilidad.

¿Este tipo de desinformación se difunde más en países subdesarrollados?

Es curioso, en Estados Unidos se acusa al presidente Donald Trump de ganar las elecciones con base en  la avalancha de noticias falsas que se crearon en contra de su contendora Hillary Clinton.

En realidad, la información engañosa tiene mayor probabilidad de proliferar en países que tienen mayores necesidades económicas; en ellos funcionan como una chispa que se prende muy rápido. En las naciones nórdicas, con menos inequidad y más acceso a educación, casi no inciden.

¿Cree que este tipo de desinformación precipitó la violencia que se vivió en las últimas protestas en Ecuador?

Estuve muy atento a lo que se publicaba en las redes sociales y había una directa relación entre la intensidad del trending topic y la agresividad del lenguaje a propósito de la desinformación: se decía que el Gobierno no estaba dispuesto al diálogo. Eso era mentira, y a partir de ese rumor se fomentó la idea de sacar al Gobierno.

¿Entonces hay profesionales que se dedican a fabricar estos rumores para afectar a gobiernos?

Claro, profesionales de las comunicaciones que se dedican a generar desinformación. Son creativos que producen contenidos para que se viralicen; son asesores y consultores.

¿Se debe normar el uso de redes sociales?

Así es. El inconveniente es que la tecnología avanza mucho más rápido que la parte legal, siempre.

No se trata de coartar la libertad de expresión; nadie me puede privar de un teléfono, de tener redes sociales para comunicarme y expresarme libremente, pero  no se puede mentir, injuriar. Insisto, los países tienen que hacerse cargo de regular esto porque no puede una persona decir lo que se le antoje sin asumir ninguna responsabilidad.

Cuando ya se posiciona este rumor, ¿cómo se lo debe enfrentar?

Usar técnicamente cualquier canal que me permita llegar a la audiencia, desde un servicio telefónico de mensaje simple, conocido como SMS, así como desde Twitter, Whatsapp, Facebook, Instagram. A los rumores hay que enfrentarlos en tiempo real; la debilidad de la noticia falsa es que no puede demostrarse que es cierta cuando se enfrenta a la versión oficial.

¿Considera que en Ecuador el Gobierno enfrentó bien estos rumores durante el paro?

En la región el problema de todos los gobiernos e instituciones públicas es que no reaccionan en tiempo real. Esto tiene que ver con la transformación digital que no es solo digitalizar los procesos, sino transformar el ámbito de las comunicaciones con  estrategia, estructura, políticas definidas, protocolos. En Ecuador veo que se encuentra encaminado este proceso y el mejoramiento de respuestas.

Hay una estrategia que se llama Ecuador Digital, ¿qué opina?

Es muy interesante porque se enfoca en el uso de la conectividad para generar equidad, lo que está directamente vinculado al desarrollo.

Internet propicia oportunidades y si eso se  acompaña con eliminación de impuesto las personas pueden adquirir tecnología a precios razonables. (I)  

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