La Ministra de defensa explica sobre los roles que tendrá el personal militar
“Con plan de modernización de las FF.AA. no saldrá ningún soldado”
Las Fuerzas Armadas han asumido nuevos roles y tareas con la ciudadanía en temas de gestión de riesgos y apoyo a la seguridad integral, basados en el mandato constitucional de protección de los derechos, libertades y garantías. La modernización de Fuerzas Armadas se realiza bajo la definición de un nuevo escenario de amenazas y factores de riesgo a nivel mundial, regional, vecinal y nacional, en el marco de la planificación del Estado. El propósito de este proceso es contar con una institución militar moderna, dinámica, flexible y con un personal capacitado y con mejores condiciones de vida.
Se ha dicho que es otro el escenario de la defensa ecuatoriana, por la supresión del conflicto con el Perú y una permanente alerta en la frontera norte. Ante ello, ¿cuál es el tipo de FF.AA. que requiere nuestro país para esta época?
Existe un nuevo escenario de amenazas y factores de riesgo, tales como el crimen transnacional organizado, el narcotráfico, la minería ilegal o la explotación ilegal de nuestros bosques. Por tanto, existe la necesidad de un cambio que contemple este nuevo escenario. En este sentido se requiere una política de defensa como bien público, es decir, como responsabilidad de toda la sociedad. Defensa que contempla la protección de los recursos estratégicos, el territorio, pero sobre todo la defensa de los derechos y garantías de los ciudadanos. Esto marca una nueva perspectiva y nuevos retos. Requerimos Fuerzas Armadas modernas, que usen medios con las mejores tecnologías y altamente profesionales. Y todo esto en el horizonte de un proyecto de modernización, cuya principal característica es el mejoramiento de las condiciones de vida de los miembros de las Fuerzas Armadas y sus familias.
En el corto plazo, ¿el plan de modernización de las FF.AA. contempla una reducción anual de personal? ¿En qué cifras? ¿Cuántas unidades menos?
Se han emitido criterios equivocados sobre una supuesta reducción del personal, entendida como salida de efectivos de las FF.AA. Eso no ocurrirá. Con el plan de modernización no saldrá ningún soldado. Los profesionales militares que actualmente sirven al Estado continúan y continuarán con sus carreras y preparación, pero en mejores condiciones. Se contempla una reducción en la cuota de incorporación a las escuelas militares, en el marco de un ingreso de excelencia a nuestras Fuerzas Armadas, es decir, a futuro. Esa disminución del personal se hará realmente visible en 2025, año en el que pasaremos de 40.060 efectivos a 34.500. En lo que debemos enfatizar es en el mejoramiento de la calidad de vida de los miembros de Fuerzas Armadas, la cobertura de salud, los programas de capacitación y el aumento de sus salarios, que se han incrementado en un 200% con la Revolución Ciudadana.
En términos económicos, ¿esta reducción general constituye un ahorro o el presupuesto general para la defensa no se modifica con ese plan?
Es importante tener presente que la Revolución Ciudadana encuentra unas FF.AA. sin recursos operativos, sin medios adecuados para cuidar nuestras fronteras y nuestras costas, con medios obsoletos, sin una infraestructura adecuada y con un personal mal remunerado.
El presupuesto de las FF.AA. en 2006 era de 877 millones de dólares. A partir de 2007 se ha efectuado un incremento sostenido en el presupuesto, llegando en este 2014 a 1.759 millones de dólares. Es decir que hemos duplicado la inversión en defensa. Sin embargo, la característica principal de esta inversión está enfocada al gasto corriente: sueldos, salarios y beneficios al personal en un 88% del total del presupuesto. El 12% restante está destinado a la inversión, a lo operativo, al mejoramiento de las guarniciones militares a nivel. Lo más importante para la implementación de este presupuesto son los miembros de Fuerzas Armadas, su bienestar integral, sus familias y su tranquilidad para que puedan cumplir adecuadamente su misión.
El plan de modernización de las FF.AA. se basa en la optimización de recursos que, si bien requiere una importante inversión inicial, supone, en el mediano plazo, un ahorro para el presupuesto del sector. Es a partir del diseño operacional, es decir, de la reubicación y concentración de unidades militares, del empleo conjunto de las tres fuerzas y las economías de escala en el mantenimiento de equipos, formación de especialistas, que se logrará un uso eficiente de los recursos. Por ejemplo, hablar de economía de escala, entre otras cosas, implica tener un solo centro de mantenimiento de helicópteros y una sola escuela de formación de pilotos. Estos son los tipos de medidas que trae la modernización de las FF.AA.
¿Se ha conversado con los militares y hay un acuerdo con ellos para la implementación de ese plan?
Los militares son también parte del Estado. Los Estados están permanentemente modernizándose y adaptándose a los nuevos tiempos y necesidades del pueblo. Nuestros militares, en todos los niveles, son conscientes de esto. Por esta razón este plan se concibió y trabajó en diversas instancias de las FF.AA. Visitamos las unidades militares para compartir los resultados y conocer en el terreno las opiniones y necesidades de nuestros efectivos. Por ejemplo, es claro que necesitamos mejorar nuestra infraestructura para las mujeres militares y nuestro sistema de salud militar. Estos son grandes desafíos que se consideran en el plan.
¿Cómo responde la ciberdefensa ante temas como la vigilancia global, los ciberataques y la soberanía en general?
El concepto de ciberdefensa es un concepto contemporáneo de gran importancia. Su distinción principal con la ciberguerra es que la ciberdefensa contempla la protección, no solo de los sistemas informáticos o cibernéticos en el escenario de nuevas amenazas, como la afectación a nuestros sistemas de comunicación e información; se preocupa de la protección de los derechos ciudadanos, del derecho a su privacidad, a que no se vulnere su acceso a la información y a un uso ético del espacio virtual.
Asistimos a un cambio paradigmático en la manera de ver y actuar en el escenario de la seguridad y la defensa. Un cambio que invita a la participación de toda la ciudadanía, pero sobre todo un cambio en nuestras Fuerzas Armadas que supere atavismos y viejas prácticas que no están a tono con las estructuras del nuevo Estado. Asistimos a un momento histórico, a una transformación profunda en el sector de la defensa, de acuerdo al mandato constitucional y a las necesidades del país.
En cuanto al campo de la investigación, ¿cómo se inscribe en el cambio de la matriz productiva?
El desarrollo tecnológico y la investigación científica son componentes fundamentales del proceso de modernización. El aporte del sector de la defensa a la soberanía tecnológica y del conocimiento, y al cambio de matriz productiva, es clave. El sector de la defensa es único porque puede operar un círculo virtuoso entre formación, a través de nuestros institutos, la Universidad de Fuerzas Armadas, la investigación y el desarrollo tecnológico en nuestros cuatro institutos de investigación -IGM, Inocar, Instituto Antártico y Espacial- y su aplicación en la industria de la defensa. Tenemos un plan completo para avanzar en esta dirección.
¿Cuáles son los planes para cambiar el modelo de la conscripción?
Se trata de una reducción de 16.000 a 10.000 conscriptos. Se va a pasar a un sistema de formación de seis meses con tres llamadas al año. La formación se limita a formación militar de alta calidad.
Y serán los conscriptos de los cinco últimos años quienes pasarán a ser la reserva activa, pero recibirán reentrenamiento anual.
Por fin tendremos una reserva real y capacitada de 50.000 miembros.