Como en una graduación de colegio: la tristeza, nostalgia, incertidumbre, inquietud y camaradería predominaron este jueves en la Asamblea Nacional, en la sesión de clausura del período legislativo 2013-2017.

Eran las 12:24 cuando la presidenta de la Legislatura, Gabriela Rivadeneira, clausuró la sesión 451, en la que con 84 votos afirmativos fue aprobado el Proyecto de Reformas a la Ley Orgánica de la Función Legislativa, que modifica los procedimientos legislativos en algunos ámbitos. De inmediato instaló la sesión 454, de clausura.

De los 137 legisladores, 113 estuvieron presentes para esta breve jornada que incluyó una intervención de 4 minutos de Rivadeneira para agradecer la tarea cumplida por cada uno, entregarles un presente a nombre de las autoridades legislativas que consistió en la foto del recuerdo tomada con antelación, un pedazo simbólico del mural de Guayasamín sobre la parte de "El Semillero", folletos legislativos y disfrutar de la presentación artística del Ballet Nacional del Ecuador.

Pero el número artístico quedó en segundo plano, porque mientras un grupo de asambleístas coreaba la consigna símbolo de Alianza PAIS: ¡Alerta, alerta, alerta, alerta que camina la espada de Bolívar por América Latina!, otros quedaron pensativos.

Desde este instante, una hora resultó corta para la despedida individual. Las discrepancias, diferencias políticas e ideológicas no se sintieron, por lo que oficialistas y opositores se confundieron para expresar su sentir.

Le emotividad llegó a su máximo cuando legisladores como Mauro Andino, Raúl Abad, Gastón Gagliardo, Virgilio Hernández, entre otros, no pudieron contener las lágrimas al despedirse de los colegas.

Abrazos, selfies, fotografías grupales, estrechones de manos y hasta lágrimas entre legisladores invadieron la sala, mientras sonaba como última canción de fondo en el Pleno Gracias a la vida, en la voz de Mercedes Sosa.

Nadie quería irse, todos buscaban despedirse con quienes compartieron labores en los últimos 4 años. Una de las más asediadas era la presidenta Gabriela Rivadeneira, ante quien hacían cola para decirle adiós y desearle suerte.

El reloj marcaba las 13:40 cuando los legisladores comenzaron a abandonar el salón del Pleno, muchos de ellos ya no retornarán la próxima semana, excepto los 35 que fueron reelectos.

“He cumplido con mis electores, gracias al pueblo ecuatoriano por haberme elegido”, fueron las últimas palabras de la asambleísta María Cristina Kronkle (PSC-MG), quien es una de las que ha legislado los últimos 10 años, desde la Constituyente y luego en la Asamblea.

La misma situación de la legisladora de PAIS, Marisol Peñafiel, quien asegura retirarse con la satisfacción del deber cumplido. “Tengo el honor y privilegio de haber participado en la elaboración de la Constitución de la República, de haber implementado 217 normativas”.

Virgilio Hernández (PAIS), quien es otro de los pocos que ha legislado en forma continua los últimos 10 años, aseguró que trabajó a favor de los intereses nacionales y de las mayorías. “Estoy satisfecho de haber formado parte de esta revolución ciudadana”, señaló al indicar que buscará retomar su carrera de docente.

“Me siento como haberme graduado y ahora viene un cambio de vida”, dijo de su lado el independiente Fernando Bustamante, mientras que Mauro Andino, a quien se lo evidenció como uno de los más emotivos en el acto de despedida, reveló que por ahora “retorno a casa para tomar un descanso”.

Ni Andino ni Miguel Carvajal, tampoco Hernández quisieron confirmar si ocuparán algún cargo burocrático en el gobierno de Lenín Moreno.

Una situación parecida a la sucedida en el Pleno se evidenciaba en las oficinas, en donde los legisladores entregan sus despachos y los bienes que recibieron para cumplir sus labores.

La tristeza era grande, porque los asambleístas también se despedían de sus cercanos colaboradores (dos asesores, una secretaria y un asistente administrativo), los cuales automáticamente también cesan en funciones.

Para este viernes y sábado las autoridades administrativas de la Asamblea prevén trabajar en los preparativos para la sesión del nuevo período legislativo que se instalará el domingo venidero. (I)