330 ecuatorianos asistieron a 150.000 haitianos en 4 años
Las despedidas siempre tendrán un aire de morriña que convierte a esos momentos en inolvidables. Pero ese adiós es aún más sentido cuando durante largos períodos se ha convivido y trabajado hombro a hombro para la reconstrucción de una nación.
Estas emociones se palparon el pasado 14 de diciembre cuando 55 ecuatorianos (más allá de ser militares, eran ciudadanos ecuatorianos) se despedían del país que durante los últimos 9 meses fue su hogar: Haití. Su retirada, aunque melancólica, llevaba una alta carga de satisfacción por la labor cumplida. Ellos eran el último contingente ecuatoriano -de 4 en total- que ha colaborado con los haitianos en la reconstrucción de su país luego del terremoto del 12 de enero de 2010, una tragedia que dejó casi 300 mil muertos; y que, sobre todo, destrozó la infraestructura de la nación más pobre de la región.
El calor no da tregua en Lambert, una de las zonas agrícolas más pobladas ubicada en el valle de L’Artibonite, que queda a 3 horas de Puerto Príncipe, la capital haitiana.
150 mil personas se benefician de las obras que incluyen centros de salud, escuelas y vialidad.
30 millones de dólares es la cifra que se destinó para la ayuda ecuatoriana. Incluye maquinaria y el campamento.Luego del terremoto, este sector vio cómo millares de personas llegaban a asentarse en zonas precarias con la esperanza de ser beneficiarias de la ayuda humanitaria mundial que llegaba a Puerto Príncipe, a cuentagotas, desde distintos países. Aunque los campamentos improvisados carecen de servicios básicos, hay quienes aún se niegan a retirarse del lugar, a zonas más seguras, pensando que pueden recibir alguna dádiva internacional.
Cambiar ese proceder fue uno de los objetivos que se plantearon las 4 misiones ecuatorianas que se desplegaron en suelo haitiano desde 2010 y que, en total, contaron con 330 militares.
El primer paso fue lograr que las personas que convivían en situaciones precarias en Lambert, que habían abandonado sus propiedades en las zonas rurales, regresen a sus lugares de origen para que retomen la producción agrícola. En parte se pudo alcanzar esta meta, ya que se ha incrementado la producción entre un 2 y 4 por ciento en los últimos años, según indicó Marco Navas, comandante de la Misión de Apoyo a la Reconstrucción de Haití-Ecuador (Marhec IV).
Resucitando pueblos a través de estructuras de concreto
Haití es una isla congelada en el tiempo. Sus habitantes se fueron acostumbrando a tener que esquivar dificultades en el día a día.
Los habitantes del valle haitiano recuerdan que antes de la intervención de los militares ecuatorianos, sacar los productos del campo para comercializarlos en otras ciudades resultaba una tarea titánica, por la falta de vías. Incluso se acostumbraron a usar troncos para poder cruzar las calles y acceder a sus hogares. La situación, en la actualidad, cambió radicalmente gracias a la edificación de más de 300 accesos de concreto.
Este tipo de obras, afirman los oriundos del sector, facilita los quehaceres diarios. Por ejemplo, es casi una estampa del lugar ver cómo mujeres -con una fuerza sorprendente en los músculos de sus cuellos- llevan sobre su cabeza grandes bultos de productos cosechados o el agua en baldes, en trayectos polvorientos.
Ahora, con más de 80 kilómetros de vías asfaltadas, esta labor -que aún sigue siendo más que dura- se hace más sencilla para estas tenaces mujeres.
Una de las habitantes del valle explicó que la construcción de puentes evita que las comunidades queden aisladas. Los habitantes señalaron que antes, cuando llovía, todo se inundaba y no se podía circular. “Los habitantes tenían que cruzar con ayuda y pagar por este servicio alrededor de 40 gourdes, que es como 50 centavos de dólar; esto ya no sucede porque los ecuatorianos hicieron el puente”, detalló.
A David Jourca, un haitiano que colaboró con los militares del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, se le hace difícil asimilar la partida de los queridos ‘Bon bagay’ (término natal que en español podría traducirse como ‘cosa buena’. “No puedo creer que los ecuatorianos se van, son gente buena que sabe hacer las cosas, nosotros hemos aprendido de ellos, nos han ayudado mucho”, dijo el albañil.
Y el cariño y gratitud hacia esas manos ecuatorianas rompe hasta barreras culturales. Los haitianos tienen muchas creencias paganas y no les gusta que les tomen fotografías, pero siempre están dispuestos a posar si se trata de un ecuatoriano.
Los militares manifestaron que la misión fue encomendada en 2010 por el Gobierno de Rafael Correa. El propio mandatario, en repetidas ocasiones, ha mencionado que Latinoamérica tiene una deuda histórica con Haití. Ecuador ha intentado en estos últimos 3 años y medio aportar con herramientas y capacitación a los isleños.
Es así que el presupuesto destinado a la cooperación asciende a los 30 millones de dólares. En este rubro está contemplada la maquinaria y campamento instalado que dejaron para futuros proyectos.
“No nos dieron el pescado, nos han enseñado a pescar”, reflexionó el ministro de Defensa haitano, Jean Rodolphe Joazile, cuando esas manos ecuatorianas, los ‘Bon bagay’, dejaban su país.
UNA ESPERA FAMILIAR QUE VALIÓ LA PENA
Latacunga, hace 2 domingos, conjugó sentimientos de orgullo y alegría al tener reunidas a familias que por meses estuvieron separadas.
Dentro de la terminal aérea se dio al fin el abrazo de bienvenida a los 55 militares que integraban el último grupo de la Misión de Apoyo a la Reconstrucción de Haití – Ecuador.
Los uniformados -dejando de lado el protocolo- abrazaron a sus esposas, hijas, madres, hermanos... Su emoción era doble: Llegan a sus hogares, pero con el plus de saberse protagonistas de la recuperación de la alegría de un pueblo como el haitiano.
Ya en la parte formal, este puñado de soldados recibió condecoraciones por parte del Ministerio de Defensa. Mientras que el presidente Rafael Correa solo tuvo palabras de agradecimiento por su esfuerzo en la isla caribeña.
Además, el mandatario comunicó que se llegó a un acuerdo para que becarios haitianos lleguen a Ecuador para capacitarse en ingeniería, esto por el buen trabajo que desempeñaron en la isla.
Haití solo tiene 40 miembros de Fuerzas Armadas, todos formados por Ecuador.