De nuevo la compañía Red Bull lanzó un desafío original. En esta ocasión nada más y nada menos que el enfrentamiento entre un monoplaza de Fórmula 1 y un paquete de delanteros de rugby. Máquina contra humanos. Así de sencillo, de divertido. ¿Quién empuja más?

El protagonista no era otro que el RB8, el monoplaza que en 2012 condujo al título mundial de pilotos y constructores a Sebastian Vettel y Red Bull, respectivamente.

Enfrente, el equipo británico del Bath Rugby, que se sentía fuerte en su campo de entrenamiento del Farleigh House. Ocho jugadores con un peso de 900 kilos totales empujando contra ese coche con motor V8 de 2.4.

"No todos los días tienes la oportunidad de hacer algo así. Nos gusta probarnos a nosotros mismos en los escenarios más imponentes, pero no hay muchos jugadores que puedan plantear una melé a un Fórmula 1", comentaba el inglés Henry Thomas.

Al volante del RB8, esa obra triunfal (como casi todas) de Adrian Newey, un piloto actual de la escudería, el australiano Daniel Ricciardo. "¡Estaba emocionado por el reto, era algo que no había probado antes! Al ver a los jugadores de rugby ponerse en posición en la máquina de melé frente a mí sentí algo... extraño. Pero mi ánimo competitivo me empujó y estaba decidido a batirles", comentó Ricciardo. ¿Quién ganó el pulso? Juzguen ustedes mismos...