Emily Franco y Valeria Orobio son las dos únicas árbitras ecuatorianas calificadas para dirigir partidos de rugby, tanto en la rama femenina como masculina.

Su atracción por este deporte llegó a sus vidas de forma distinta, pero la pasión es la misma. Además de ser jueces (centrales y asistentes) acreditadas, son entrenadoras y al mismo tiempo jugadoras del equipo Yaguares, de Guayaquil.

Juan Marín -padre de Emily y dirigente del equipo- explica que tener dos árbitras calificadas en el país es un hito histórico para el rugby y espera que poco a poco se sigan sumando más mujeres. 

Ellas cuentan con la certificación de la World Rugby (federación internacional de este deporte) y su aspiración es continuar con su proceso de capacitación para dirigir en un futuro a nivel internacional.

Franco y Orobio serán incluidas en la agenda del campeonato zonal del Guayas -del torneo nacional de clubes- que iniciará en abril, tanto para partidos de mujeres como de hombres.

Franco: “me enamoré del rugby cuando tenía 13 años”

Emily conoció el deporte del balón ovalado siendo una prejoven. Su padre Juan Marín -un español pionero del rugby en Ecuador- la acercó a los 13 años al equipo femenino de Yaguares, sin pensar que desde ese día se convertiría en su mayor pasión.

“Me enamoré de este deporte, de la adrenalina que se siente, de la familia y camaradería que se vive; eso te llena muchísimo”.

Luego de cuatro años de practicarlo y ante la necesidad de ampliar el número de árbitros de rugby decidió en 2017 hacer un curso, el cual fue dirigido por Mario Lima, quien además es entrenador de Yaguares.

Una de las motivaciones que impulsaron a Emily a prepararse para ser árbitra fue “retribuir” lo que el rugby le ha entregado a sus 20 años de edad, “que es mucho”.

“El año pasado vino la Federación Sudamericana de Rugby junto con la World Rugby, quienes nos avalaron los cursos”.

Su experiencia en el arbitraje de este deporte la adquirió dirigiendo cotejos femeninos como central y siendo asistente (jueza de línea) en varios partidos de hombres de los campeonatos zonales y nacionales.

Además de dirigir y jugar, entrena al equipo de rugby inclusivo de Yaguares, lo hace por las tardes y noches varios días a la semana. Este grupo, incluida Emily, viajará a Irlanda para participar del Mundial de esta categoría, en junio.

Emily combina la práctica deportiva con su trabajo en el departamento de marketing en una empresa de telecomunicación y con el crossfit, disciplina que también entrena.

Orobio: “el rugby mejoró mi comportamiento”

Valeria practicaba fútbol antes de vincularse al rugby. Ella se acercó a este deporte por curiosidad y le cambió la vida radicalmente.

“Me llamó la atención ver un balón ovalado, entonces me acerqué (en el sector de Miraflores) y pregunté cómo se juega y si debía pagar para entrenar (...) Fue así que me invitaron y me quedé. Desde ese 7 de octubre hasta ahora son nueve años que llevo en el rugby”.

Al igual que Emily, Valeria, de 30 años, quiso retribuir a este deporte todo lo que le ha dado.

Una de las cosas que cambió en Valeria fue el carácter a la hora de practicar una disciplina.

“En el fútbol yo tenía una disciplina fatal. A mí me decían algo y yo iba como león a darles golpes. En cambio aquí me enseñaron las reglas y yo veía videos y así mejoré mi actitud”.

Una de las metas de Valeria es ser considerada como árbitra en partidos internacionales. En ese sentido destaca el viaje que hará en junio a Irlanda, donde buscará ampliar sus relaciones con otras jueces.

Para cumplir con las metas necesita el apoyo de la Federación Ecuatoriana de Rugby y de la empresa privada. Oriunda de Esmeraldas, llegó a Guayaquil a los 15 años con su familia. En la actualidad vive sola en el sector de la Isla Trinitaria, sur de la ciudad.

Emily y Valeria entrenan por las noches, martes y jueves, en la cancha de la ciudadela Ferroviaria.

Lo hacen con su equipo Yaguares, porque por el momento no hay un trabajo especial para los árbitros de rugby en el país. (I)