Fernando Checa: "Nunca alimentes ni contestes a un troll"
Internet brinda muchas cosas maravillosas como la mensajería instantánea y la posibilidad de conectarnos con cualquier persona en distintas partes del mundo. Pero también ha traído nuevas formas de comunicarse de forma negativa: los troll, por ejemplo. ¿Cuál es la psicología de un troll?, ¿por qué la gente hace de troll?
Este Diario conversó con Fernando Checa, docente de Marketing y Comunicación de la Universidad Internacional de la Rioja (UNIR), experto en redes sociales, Internet y marketing on line.
¿Quiénes son los troll?
El troll no es algo que haya surgido ahora con las redes sociales, sino que arranca desde los comienzos de Internet, es decir, ya a mediados de los años 90 definíamos a los troll como estos usuarios de Internet que, basándose en el anonimato, buscaban por todos los medios hacer determinadas actuaciones ya sea a través de listas de correo o de foros, actuaciones que molestaran, que llamaran en exceso la atención del resto de usuarios y que buscaran o generaran una respuesta.
Se han desarrollado durante estos años y sobre todo con la aparición de las redes sociales, pues nos hemos acostumbrado a ver y a leer a muchos de estos usuarios que faltan al respeto, que actúan de una manera al margen de lo que serían las convenciones sociales y las propias convenciones de Internet que nos piden que tengamos una educación igual que la tendríamos en una situación normal.
Hay troll hirientes y violentos, que hacen ciberacoso, y suelen elegir colectivos sensibles como personajes mediáticos, mujeres, niños o adolescentes, diversidades sexuales o de una etnia y religión determinada. ¿Es así o peor que eso?
Es así o simplemente hay usuarios que en un momento determinado deciden llamar la atención faltando el respeto, es decir, no solamente dentro del mundo de los troll de Internet debemos plantearnos que son acosadores de las características que sea. Es verdad que los acosadores son los que más nos llaman la atención, pero en definitiva un troll es toda aquella persona que basándose en el anonimato entra de forma violenta en una determinada conversación en el entorno online, podría ser una conversación política o del carácter que sea.
Ellos desatan una verdadera agresión verbal, hostigamiento seleccionado, insultos de todo calibre e incluso amenazas de muerte. Pero ese es un delito penal en algunos países.
Evidentemente, cada país tiene su propia jurisdicción o sus propias normas jurídicas, pero indudablemente, creo que se está avanzando en un intento de regulación de estas prácticas. Pero hay que tener en cuenta que no es lo mismo una pequeña falta de respeto o un pequeño insulto que una amenaza de muerte, que lógicamente es un tema más serio. A mí lo que me preocupa es que pensando en la libertad de expresión se permita este tipo de actitudes, diciendo “yo tengo la libertad de expresión de insultarte bien”.
Antonio Chacón Medina dice en su libro: “Una nueva cara de Internet, el acoso” que el perfil genérico del acosador es el de "una persona fría, con poco o ningún respeto por los demás", un depredador que puede esperar pacientemente conectado a la red. ¿Usted coincide con ese perfil trazado?
Sí y no. Hay dos perfiles de acosador, uno el acosador como lo conocemos y otro el troll, es decir, la persona que simplemente lo que busca es molestar y llamar la atención. Un acosador es una persona que está practicando o llevando a cabo un delito y que en cierto sentido sí encajaría con ese perfil que Antonio Chacón plantea, pero en múltiples ocasiones, un troll de Internet, alguien que de pronto suelta un exabrupto dirigido a otra persona en la red, no tiene por qué ser una persona fría, y, de hecho, muchas personas que podrían ser caracterizados como troll en el día a día son personas absolutamente normales, afables y cordiales.
Es decir, creo que sí que es importante diferenciar entre esos perfiles de acosadores que psicológicamente serían peligrosos con aquellos que, gracias a que nadie los conoce, pueden decir lo que sea y utilizar la red como una válvula de escape.
¿Por qué una persona ataca a los demás en las redes sociales?
Una persona quiere llamar la atención, que considera que gracias a la red social en la que está participando va a recibir un mayor protagonismo, lo que se facilita porque cualquiera puede tener un perfil de carácter más o menos anónimo o desconocido en la red. También en esta situación de ataque hay un efecto bola de nieve, que hace que, en determinadas redes sociales si hay muchos usuarios que están troleando y la propia red social no pone los frenos, puede haber la tendencia por parte de otros a hacerlo propio y a hacer lo mismo.
¿Por qué algunos tienen esa disposición negativa e hiriente que han encontrado su lugar ideal en la red?
La red es un espacio en el que, teóricamente, la sensación de impunidad es mucho mayor. Pero esto no es cierto. Y todos sabemos que en estos momentos es cuando hay que perseguir un delito en las redes sociales y en el Internet en general. A pesar de que ahora hay la capacidad de encontrar quien está detrás, hay que tener en cuenta que esa sensación de falsa impunidad, de estar escondido detrás de un usuario que nadie conoce, puede llevar a este tipo de acciones se vean magnificadas.
Un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias de la Salud y Psicología de la universidad australiana de Mount Helen hizo un estudio sobre los rasgos de personalidad del troll en las redes sociales. Descubrió que tuvieron calificaciones altas en psicopatía y empatía cognitiva. ¿Qué piensa usted sobre esto?
Estoy convencido de que no es así, los troll no tienen un perfil de psicopatía y no son psicópatas en potencia. Lo que ocurre es que el entorno virtual es bastante propicio para decir cualquier cosa, pretendiendo que nadie va a saber quién la está diciendo, y esto puede llevar a que personas absolutamente normales, afables, simpáticas, muy cordiales, de pronto suelten este tipo de exabruptos.
¿Cómo es ese rasgo de psicopatía del troll en las redes sociales?
Evidentemente depende, sobre todo, porque hay que analizar el tipo de mensajes, pues no son iguales los mensajes que tienen un contenido político, por ejemplo, que aquellos que tienen un mensaje o un contenido más enfocado en un acoso o hacia otras personas, géneros o razas. Hay hasta hay que analizar todos y cada uno de los perfiles e incluso dentro de los perfiles, el tipo de mensaje. Los procesos de psicopatía son procesos clínicos, que tienen que ver con una enfermedad mental, y creo que en cierto sentido deberíamos estar al tanto de cómo va evolucionando el troll y sobre todo, qué es lo que están haciendo las redes sociales para frenar esta situación.
Un troll no siente el sufrimiento ajeno y es capaz de hacer el mayor daño posible. ¿Qué se puede hacer?
Desde los comienzos de internet se utiliza un lema que sigue siendo válido “Don’t feed the troll”, es decir, no alimentar nunca al troll, no hay que hacerle caso porque el troll crece en función de que alguien le haga caso. Visto de otra forma, podríamos pensar incluso que es como un niño pequeño y maleducado. Si el nivel de actuaciones del troll supera un determinado umbral que se acerque a un delito, nunca responder al troll, sino acudir a las autoridades. Una amenaza a través de la red es una amenaza, exactamente igual que si alguien la realiza cara a cara. Y, por último, todos como sociedad debemos exigir a las redes sociales que pongan los medios para que este tipo de comportamientos no se lleven adelante. Algunas redes sociales han avanzado un poquito más en ese sentido, como Facebook, por ejemplo, que tradicionalmente prohíbe o intenta evitar los perfiles anónimos, pero, en contraste Twitter, basándose siempre en su red como una plataforma de libertad, no ha perseguido tanto estas situaciones.
¿Por qué afectan sus insultos en las redes sociales?
Es normal que nos afecte. Un insulto de alguien nos suele pillar con la guardia baja. No lo esperamos. Y esto es lo que el troll busca. Si tú estás en una confrontación, estás discutiendo, sabes que el incremento de volumen o la dureza de los insultos pueden aparecer. Sin embargo, si tú no lo esperas, llegan los sentimientos y las preguntas ¿por qué me están atacando? ¿Por qué me ataca esta persona? De nuevo tendríamos que analizar los diferentes ataques. Indudablemente, si estamos hablando de un acoso o ciberacoso, naturalmente vamos a sentir miedo, miedo a lo desconocido, miedo a una persona que no sabemos quién es y que podría llegar a convertir sus insultos en algo real.
Twitter ha comunicado que ocultará los tuits ofensivos y de mala calidad en sus políticas de seguridad y control. Pero no es cierto del todo, hay mujeres que son acosadas constantemente y los tuits de los agresores nunca desaparecen. ¿Qué opina de esto?
Me parece lamentable. Creo que Twitter tiene un serio problema que, por otro lado, le está llevando a una pérdida cada vez mayor de usuarios. Indudablemente, en este caso de retirar los tuits ofensivos, el problema es que Twitter siempre se escuda en que de forma automática es muy difícil detectarlo y posiblemente sea así, hablamos de cientos de millones de usuarios y decenas de miles de millones de tweets lanzados en todos los idiomas. Pero claro, uno le tiene que exigir a los dueños de las plataformas que tengan la capacidad de hacer un control y, por supuesto, proteger a colectivos que son más vulnerables.
Es intolerable que, ante una denuncia, Twitter no sea capaz de ocultar esos contenidos y borrarlos directamente y eliminar la cuenta de la persona que la ha llevado adelante, incluso hacerle un seguimiento más allá, aunque sea un usuario privado.
Según la empresa, que tiene 3 millones de usuarios en Ecuador, dice que esta serie de medidas es para frenar los comportamientos abusivos y el acoso que se producen en la red de forma incontrolada. Sin embargo, no veo que Twitter haga eso, hay una veintena de mujeres que han sido atacas y la persecución en las redes no para. ¿Qué opina de esto?
Todos los colectivos deben estar protegidos. Si esto no se hace, va a frenar el que se rompa esa tradicional brecha de utilización de las tecnologías y de las redes sociales: si las mujeres empiezan a considerarse atacadas en una determinada red, ya no van a estar ahí. Y si Twitter es interesante, no es lógicamente por los troll, sino por el contenido que hombres y mujeres comparten dentro de la red.
¿Qué pasa si los troll dicen mentiras, montan fake news para afectar la honra y la reputación de las personas?
Nunca hay que contestar a un troll, evitarlo siempre o bloquearlo. En el caso de Twitter existe la posibilidad de bloquear al troll y denunciar. La denuncia hace que el algoritmo de Twitter revise la cuenta o que alguien en específico se encargue. En el ámbito de las fake news, y sobre todo, en el ámbito de la política y de las conspiraciones, muchos creadores de noticias falsas encajan perfectamente en el perfil de troll, por ello, hemos de tratar por todos los medios de evitar y de romper esa cadena de desinformación que tanto daño está haciendo actualmente.
¿Y sí se trata de troll políticos que quieren desprestigiar y arruinar a otros?
Cualquier mensaje basado en una falsedad interesada y política que de paso a un ataque descarnado es muy preocupante. Creo que Twitter está intentando dar pasos, especialmente porque es muy consciente de que los ataques políticos pueden cambiar los designios de una elección y, en definitiva, esto va contra los cimientos de la democracia. Entrar en una discusión política en Twitter ahora mismo es complejo porque todo está tan absolutamente polarizado. Incluso, personas que no entrarían dentro de la categoría de troll, al menos de forma inicial, puedan llegar a actuar de esa forma, y las redes en estos momentos no están preparadas para mantener un debate sereno sobre ello.
¿Cómo defenderse de esos troll si inundan las redes con insultos, humillaciones, denigran? ¿Qué se debe hacer en casos graves y amenazas de muerte?
Denunciar siempre. En España, los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado hacen una labor importante recogiendo estas denuncias y de hecho hay casos de troll y de tuiteros a los cuales se les ha denunciado y se les ha condenado. Entonces, a partir del momento en el que el insulto se convierte en algo realmente serio o en un caso de amenazas, denuncia inmediatamente.