La tonga es un manjar gastronómico y tradicional de Manabí. Se trata de la combinación de arroz, maduro frito, una presa de pollo criollo y salsa de maní, envuelta en hoja de plátano. Su sabor es delicioso y guarda un largo recorrido histórico, en especial, en la zona rural de Chone.

Según el investigador e historiador Enrique Delgado Copiano, este platillo tiene sus orígenes cuando existía la jungla manabita y durante el boom del caucho -que se vivió entre 1879 y 1912 y alcanzó un nuevo apogeo de 1942 a 1945-. Aquí los campesinos ingresaban todas las mañanas a los bosques montañosos a extraer caucho para obtener el látex.

Debido a la intensa actividad que realizaban, las madres y esposas eran las encargadas de preparar el almuerzo a los obreros. Es por esto que, en hojas de plátano envolvían arroz, maduro frito y maní.

Se cree que la hoja de plátano sahumada conserva los sabores del pollo y los aliños de la salsa de maní.

Su preparación conlleva un gran proceso ya que la cocción de los alimentos es clave. En primer lugar se escogen las hojas de plátano, las cuales son ligeramente asadas a leña, para luego cocinar el estofado de gallina junto con todos los aliños para darle sabor.

Una vez que todos los componentes de la tonga se encuentran listos se procede a colocar los ingredientes con mucho cuidado y posterior a ello se lo envuelve con el zapán del plátano (obtiene de la corteza del tallo de las matas de esta planta). 

Desde ese entonces hasta ahora, la tonga se ha convertido en un platillo característico de la costa ecuatoriana.