La modelo Joana Sanz visitó a su esposo, el futbolista brasileño Dani Alves, en la cárcel de Brians 2, en España. Esta es la primera vez que ambos se ven desde el ingreso del futbolista a la prisión, hace 20 días, tras ser acusado por abuso sexual a una mujer en el baño de una discoteca en Barcelona. Sanz llegó acompañada de Bruno, un chef amigo del deportista, quien es señalado como uno de los hombres que estuvo con Alves la noche de la supuesta agresión.  

La mujer permaneció cerca de 50 minutos en el recinto y, al salir, desmintió que Alves se haya negado al encuentro, como aseguraban medios locales de espectáculo. También se refirió al pedido formal de divorcio que ya habría iniciado; no lo desmintió, pero aseguró que no dejará solo al futbolista “en el peor momento de su vida”.

Tras la acusación, Dani Alves indicó que la relación sexual que tuvo con la joven de 23 años había sido consentida entre ambos. Y, sobre su cambio de versiones en tres ocasiones, aseguró que lo hizo para evitar que su esposa, Joana Sanz, se enterara de la infidelidad. Sus abogados buscan probar que la denunciante ingresó al baño de la discoteca por su propia voluntad y no forzada por el futbolista. A la par, presentaron distintos recursos para lograr que el futbolista aguarde por el juicio en libertad condicional y no en prisión.

En las últimas horas, ocho testigos que estuvieron la noche de la presunta agresión en la discoteca Sutton dieron su testimonio frente a la nueva jueza del caso María Concepción Cantón Martín, reemplazo de Anna Marín, quien determinó que el jugador fuera detenido. También hablaron dos de las mujeres que estuvieron en el lugar junto a la joven que habría sufrido la agresión por parte del defensor de 39 años.