Un año de terror. Eso ha significado el 2023 para los niños y adolescentes del país. La violencia criminal ha arremetido de forma drástica con los más indefensos.

EL TELÉGRAFO accedió a una base de datos del Ministerio de Gobierno y constató que en este año 367 niños y adolescentes han sido asesinados. La cifra es la más alta de los últimos tres años.

Los datos oficiales indican que en el 2022 hubo 289 crímenes de menores. Y en el 2021 se reportaron 135. Eso significa que, en dos años, los ataques a los infantes y menores se incrementó en un 171%.

De hecho, la cifra muestra que en promedio un niño fallece de forma violenta cada día. Pero, ¿quién es el grupo más vulnerable?

El Gobierno tiene una segmentación de víctimas por edades. Los niños entre 0 y 4 años son los más atacados. Los datos muestran que en los últimos tres años fueron asesinados 223 menores que tenían estas edades. En cambio, la cifra de niños entre 6 y 9 años que perdieron la vida violentamente alcanzan un total de 33.

Los adolescentes también son segmentados por edades. Los más vulnerables son los que tienen entre 15 y 19 años. En este grupo han sido asesinados 475 adolescentes en los últimos tres años.

Las violencias contra los menores también coinciden con los lugares con más índices delictivos del país. En la lista de provincias con más pérdidas de infantes y adolescentes están Guayas (275), Los Ríos (98), Esmeraldas (95) y Manabí (90). Las cifras corresponden a los últimos tres años.

A estas cifras de terror se suma una más que genera conmoción. El 72% de los asesinatos a los niños y adolescentes se ejecutan con armas de fuego. El 15% tienen a las armas blancas como protagonistas. El resto fallecen con armas contundentes o por asfixia.