La inteligencia de Venezuela vuelve a control chavista
“Yo le propuse a Maduro, evocando nuestra historia patria, que promoviera, vía Asamblea Constituyente, un nuevo consejo electoral y en consecuencia, convocara a nuevas elecciones. Eso lo hice en un documento de dos páginas”, denunció Cristopher Figuera.
La carta del exjefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) la publicó horas después de que el presidente Nicolás Maduro los destituyera por encabezar con Juan Guaidó y Leopoldo López el supuesto “golpe de Estado”.
Figuera indicó el pasado domingo que está dispuesto a someterse a la justicia, pero espera condiciones que le permitan un proceso justo.
De todas las estructuras de seguridad del Estado venezolano, el Sebin es el órgano que supuestamente lideró el intento de levantamiento contra el presidente Maduro, el pasado 30 de abril.
La historia del Sebin con Maduro se remonta a diciembre de 2012. Antes de realizar su último viaje a Cuba para someterse a la cuarta operación contra el cáncer, el expresidente Hugo Chávez transfirió el control de este servicio a la vicepresidencia ejecutiva, ocupada por el actual mandatario.
“El Sebin es el cuerpo que ejerce labores de inteligencia en materia política. Ellos son los responsables de investigar a funcionarios, a políticos, a periodistas, a generadores de opinión pública. Cuenta con una moderna infraestructura para pinchar teléfonos, hackear cuentas e investigar a todo el que esté bajo sospecha”, explica Sebastiana Barráez, analista venezolana a BBC Mundo.
Javier Ignacio Mayorca, periodista y consultor en temas de seguridad, estima que el Sebin dispone de una nómina de 2.800 empleados. Aunque advierte que esa cifra incluye también a personal administrativo, por lo que no debe pensarse que todos están dedicados a tareas de inteligencia.
La acusación
El diario venezolano Últimas Noticias -cuya línea editorial es afín al chavismo- publicó una información que aborda las supuestas reuniones en Sebin para planificar el “alzamiento”.
La misma lanza la hipótesis de que Figuera se citó con políticos opositores presos en sus instalaciones.
La prensa venezolana también difundió una carta en la que Figuera reconoce a Maduro como su comandante en jefe pero, al mismo tiempo, denuncia graves problemas en Venezuela.
El otro indicio que apunta a la participación del Sebin fue la liberación de Leopoldo López de su arresto domiciliario. El líder opositor y mentor del Presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, estaba bajo custodia de funcionarios del servicio.
El reemplazo
Maduro sustituyó a Figuera por el general Gustavo Enrique González López, quien entre febrero de 2014 y octubre de 2018 ya estuvo al frente del Sebin, donde tuvo una trayectoria polémica.
González López fue uno de los primeros altos oficiales en ser sancionado por Estados Unidos durante el gobierno de Barack Obama, que lo acusó de cometer graves violaciones a los derechos humanos durante la represión de las protestas antigubernamentales de 2014.
En aquel momento, como respuesta a las medidas de Washington, Maduro decidió nombrarlo también como ministro de Interior, cargo que ocupó entre marzo de 2015 y agosto de 2016.
Las denuncias contra González incluyen torturas físicas como golpes o choques eléctricos, y también las llamadas “torturas blancas”, mediante las cuales las víctimas son sometidas a situaciones de aislamiento.
Las denuncias están recogidas en reportes sobre derechos humanos, incluido el informe del panel de expertos de la OEA (Organización de Estados Americanos) acerca de la posible comisión de crímenes de lesa humanidad en Venezuela, publicado en mayo de 2018.
El mayor escándalo de su gestión, sin embargo, fue la muerte de Fernando Albán, un concejal del partido opositor Primero Justicia que falleció en octubre al caer al vacío desde la ventana, donde estaba detenido. (I)