El Gobierno de Venezuela expropió dos panaderías dentro del despliegue del Plan 700 en las panificadoras de Caracas.

El objetivo de este proyecto es garantizar la producción y distribución de este producto. Días previos el Gobierno denunció la denominada ‘guerra del pan’’ que afecta sensiblemente a los venezolanos por la retención del alimento.

La víspera, funcionarios de la Superintendencia Nacional de Gestión Agroalimentaria (Sunagro), junto a oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), realizaron inspecciones en diferentes locales. Estas autoridades denuncian que los panificadores se empeñan en mantener al pueblo haciendo cola, mientras sus depósitos están repletos de harina de trigo.

Según el diario Tves, muchas de las irregularidades que suceden actualmente con el pan no son por falta de materia prima, como quieren hacer ver algunos comerciantes de este sector, sino por falta de producción de manera deliberada.

Como resultado de la operación, se evidenció que los panificadores incurren en el condicionamiento de venta, dado los precios tan bajos que no hacen posible su producción. También quedó al descubierto -destaca Tves- que muchos panaderos no hacen pan, porque ‘prefieren vender los sacos de harina’, ya que elaborar pan no es rentable.

El domingo de la semana pasada, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, aprobó un presupuesto de $ 7’153.000 (5.000 millones de bolívares) para el establecimiento de 100 nuevas panaderías en Caracas.

El mandatario explicó que estas nuevas panaderías serán instaladas ‘para ir venciendo la guerra propiciada por sectores de la derecha, para que los venezolanos no adquirieran uno de los rubros más demandados’. (I)