Venezolanos despiden por última vez a Hugo Chávez
El traslado del féretro del presidente venezolano, Hugo Chávez, comenzó tras un acto solemne en la Academia Militar de Caracas, donde ha estado el cuerpo del mandatario desde el pasado 6 de marzo, para que cientos de miles de personas pasaran a darle el último adiós.
Durante la ceremonia en el patio militar, que fue precedida por una misa y palabras del mayor general Jacinto Pérez Arcay, al que Chávez siempre identificó como maestro; del presidente de la Asamblea Nacional,, Diosdado Cabello, y la hija del fallecido presidente María Gabriela Chávez, aviones sukhoi sobrevolaron el cielo de Caracas.
El mayor general de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Jacinto Pérez Arcay, destacó que es inevitable enlazar la figura de Simón Bolívar con la del comandante Hugo Chávez Frías.
"Hablar de Hugo Chávez es hablar de Bolívar y hablar de Bolívar es hablar de Hugo Chávez, figuras inseparables en la mente de muchos pueblos", afirmó.
El féretro fue sacado por miembros de la caballería vestidos de húsares al patio militar, donde recibió honores con más de mil cadetes formados antes de comenzar un recorrido por la ciudad hasta el Cuartel de la Montaña, donde permanecerán los restos del gobernante hasta encontrar sepultura definitiva.
El recorrido sobre la explanada del patio militar y una alfombra roja lo continuaron familiares de Chávez mientras los cadetes entonaban "Patria querida", tonada militar que el fallecido gobernante cantó el 8 de diciembre en su último mensaje a los venezolanos.
Cuartel de la Montaña
Dentro de un coche fúnebre negro y escoltado por soldados a caballo, el cortejo fúnebre avanzaba hoy a un paso mucho más acelerado que el que se tomó casi siete horas el pasado día 6 por las calles de Caracas para llevarlo del Hospital Militar, donde falleció, a la Academia Militar.
Ministros y altos dirigentes políticos también secundaron el paseo pero, esta vez, no a pie sino montados en dos grandes vehículos descapotables de color verde oliva que el presidente encargado, Nicolás Maduro, no dudó en conducir.
En el recorrido fúnebre desde la Academia Militar hasta el llamado Cuartel de la Montaña, en la popular barriada del 23 de Enero, muchos enarbolaban carteles con imágenes del presidente, se colocaban calcomanías suyas, pero también empezaban a enfundarse camisetas en apoyo a Maduro.
"Esa es la instrucción que nos dio nuestro presidente, apoyar a Maduro. Se ve un hombre honesto y humilde y se ve que vamos a echar para alante", decía optimista David Mata, un trabajador de un programa de viviendas del Gobierno que llevaba una camisa que rezaba "Chávez, lo juro, mi voto es pa Maduro".
Sin embargo, la gran mayoría coincidía en subrayar que el sucesor de Chávez no podrá igualarse a su carismático predecesor, por lo que esta nueva etapa deberá estar acompañada "más que nunca del pueblo".
"Después de Maduro viene una mujer a mandar", señalaba convencida Rosa Esther Marín, una jubilada del estado Bolívar (este), después de que la hija mediana del presidente, María Gabriela, dedicara unas sentidas palabras a su "papito" prometiendo defender su legado y agradeciéndole el haberle devuelto la patria a los venezolanos.