Una alta participación se registró en el proceso simbólico
Venezolanos acudieron a las urnas por simulacro y plebiscito contra Maduro
Caracas.-
El plebiscito simbólico impulsado por la oposición venezolana, para que el pueblo se pronuncie contra la convocatoria del presidente Nicolás Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), se desarrolló ayer con una participación superior a la prevista por los organizadores.
El Gobierno tildó esta votación de ilegal y, en respuesta, desarrolló paralelamente ayer un simulacro para elegir a los miembros de la ANC, comicios previstos para el 30 de julio próximo.
Los centros de votación abrieron sus puertas a las 7:00. La oposición habilitó 2.030 puntos de participación en el país, mientras que en el extranjero hubo 667 centros de votación en 100 países, 72 de ellos en España. De hecho, los migrantes fueron los primeros en votar.
El vicepresidente del Parlamento de Venezuela, el opositor Freddy Guevara, afirmó tras tres horas de votaciones que la participación superaba lo esperado.
“Tenemos 2.030 puntos en todo el país, 14.404 mesas de votación (...). Ya listos y acreditados tenemos 47.272 miembros de mesa a nivel nacional (...), tenemos más de 80.000 voluntarios regados por todo el territorio”, detalló por su parte el jefe de campaña para este referéndum, Carlos Ocariz.
La consulta, no vinculante y sin el aval del Consejo Nacional Electoral (CNE), pretende reprobar al mandatario y meterle más presión para que dé marcha atrás en su intento de reformar la Constitución.
La votación basa su legitimidad en el Parlamento, de mayoría opositora, que está facultado por la misma Constitución para convocarlo. Partidos opositores y entidades civiles se han encargado de la promoción.
En las papeletas se debía responder Sí o No a tres cuestiones: si respalda el plan de Maduro de reescribir la Carta Magna, si apoya la intervención de las Fuerzas Armadas para “restituir el orden constitucional” y si desea un gobierno de unidad nacional.
La consulta opositora cuenta con el apoyo de importantes sectores de la sociedad civil, como la influyente Federación de Cámaras de Comercio (Fedecámaras), sindicatos no oficialistas, organizaciones estudiantiles y de las universidades más prestigiosas del país.
Uno de los más sólidos apoyos viene de la Iglesia venezolana, que cedió sus instalaciones para la votación y reconoció la legitimidad de este referendo contra una Constituyente cuya apuesta por el Estado comunal es vista por los obispos como “una vía a la constitucionalización de una dictadura comunista en Venezuela”.
Debido al corto tiempo en que se convocó, y al no estar auspiciada por el Poder Electoral, carece de algunos mecanismos de control y no puede asegurar que los ciudadanos no voten más de una vez por persona en todos los centros del país o del extranjero, donde tienen permitido expresarse sin importar dónde están inscritos como votantes.
Para contrarrestar posibles irregularidades, los convocantes encargaron a cinco rectores universitarios del país que actúen como garantes, y miles de voluntarios harán de interventores siguiendo el proceso en las mesas.
A este mayor rigor pretende contribuir también la presencia de cinco expresidentes latinoamericanos, que llegaron al país para ejercer de observadores. Nada más aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía, Vicente Fox (México), Andrés Pastrana (Colombia), Jorge Quiroga (Bolivia), Laura Chinchilla y Miguel Ángel Rodríguez (Costa Rica), lanzaron un contundente mensaje a favor del referéndum.
Pastrana dijo: “Hemos venido diciendo que mientras el Gobierno usa las armas, la violencia, la oposición usa la democracia”. Pidió que sea el pueblo venezolano a través del referendo el que decida si quiere el proceso constituyente.
Según indicó Pastrana, los cinco expresidentes solicitaron reunirse con Maduro, sin que hayan recibido hasta el momento una respuesta del mandatario. Fox, por su parte, pidió al gobernante “entender que tiene que salir y convocar rápidamente a un proceso electoral”.
El presidente venezolano, sin embargo, volvió a denunciar la falta de legitimidad del proceso opositor, que calificó de consulta interna.
Maduro destacó el simulacro que el Poder Electoral desarrolló ayer como ensayo general de las elecciones del próximo 30 de julio, cuando están previstos los comicios para elegir a los redactores de una nueva y eventual Constitución.
“Yo llamo a todos los venezolanos de bien a participar en el proceso de simulacro electoral, como siempre se ha hecho, para ver cómo funcionan las máquinas captahuellas, para ver cuáles son los candidatos e informarse mejor”.
Ante los dos actos electorales, Maduro exhortó a que las jornadas se realicen pacíficamente.
El analista Luis Vicente León opinó que el éxito de la oposición dependerá de que los millones de ciudadanos que voten en el plebiscito se movilicen en una lucha pacífica para sacar al presidente Maduro del poder.
“Si el domingo salen 11 millones de venezolanos, el lunes pasaremos a una etapa de más presión (...). El lunes amanecerá otra Venezuela. Daremos un mensaje bien claro y el Gobierno tendrá que respetar esa decisión”, planteó el líder opositor Henrique Capriles, que cree que si la participación es masiva, Maduro dará marcha atrás en sus planes de reforma. (I)
DATOS
Desde que asumió el control del Parlamento en 2016, la oposición venezolana se ha empeñado en sacar al presidente Nicolás Maduro del poder, pero ha chocado contra el muro institucional del oficialismo.
El Parlamento fue declarado en desacato por el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) desde enero de 2016, lo que anula todas
sus decisiones.
Tras engorrosos trámites ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) -de línea oficialista-, la oposición recolectó las firmas para iniciar el revocatorio. Pero el 20 de octubre pasado el CNE suspendió el proceso a petición de tribunales regionales, por supuestas irregularidades en las primeras rúbricas.
La oposición aceptó iniciar el 30 de octubre un diálogo con el Gobierno, pero en diciembre fracasó entre acusaciones mutuas de incumplimiento. (I)