En lo que se considera una medida sin precedentes, el Vaticano contrató a la consultora estadounidense Promontory Financial Group para  que investigue un departamento interno que maneja sus activos de bienes raíces y sus carteras financieras y de acciones.

La decisión se produce en momentos que Francisco busca poner luz sobre las cuentas del llamado “Banco del Papa” para hacer frente a una serie de escándalos financieros que han jaqueado a la institución desde hace décadas, explicó la Santa Sede.

Un comité de cardenales tomó la decisión de investigar los libros y las actividades de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA, por sus siglas en italiano) justamente cuando el Vaticano intenta limpiar la imagen de su banco mayor, el Instituto para las Obras de Religión (IOR).