El invierno ha arrancado este año con furia en España. Buena parte del país está siendo azotado en las últimas semanas por una sucesión de tormentas de nieve y frío procedentes del Atlántico norte que se ha ensañado especialmente con ciudades como Madrid, Segovia, Toledo o Pamplona. 

Las bajas temperaturas y el mal tiempo provocaron un colapso en las carreteras casi generalizado y elevaron el nivel de alerta en 30 de las 50 provincias españolas. Aunque por fortuna solo hay que lamentar tres víctimas mortales, el riesgo de nevadas, tormentas, viento y olas en la costa norte se mantendrá hasta mañana. Varias localidades siguen incomunicadas por carretera.

El episodio más grave se vivió durante la madrugada del sábado en la autopista AP-6 que une Segovia con la capital de España, donde miles de vehículos quedaron atrapados durante toda la noche en medio de una intensa nevada y temperaturas bajo cero. A muchos de sus ocupantes no les quedó otra opción que abandonar sus coches en la calzada y buscar refugio en pequeñas localidades para evitar convertirse en pingüinos.

El caos fue de tal gravedad que el ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, ha pedido comparecer esta misma semana en el Congreso de los Diputados para explicar las causas que provocaron el colapso. La situación empezó a reconducirse el domingo cuando se movilizó a la Unidad de Emergencias del Ejército (UME).

Cientos de afectados aseguran que no solo se debió a una falta de previsión sino también de coordinación entre las diferentes instituciones que vigilan este tipo de sucesos. Para analizar este incidente y encontrar a sus responsables se reunieron ayer los máximos voceros del gobierno, de tráfico, policía, protección civil, de la agencia meteorológica nacional y también del ejército. Sin embargo, todo apunta a que fue por una falta de previsión grave de la concesionaria de la autovía, Iberpistas, una empresa que cobra un peaje a los usuarios por usar la vía.

De hecho, el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, confirmó ayer la apertura de un expediente informativo a esa compañía y recordó que existen sentencias contra otras concesionarias de autopistas por casos similares, saldadas con indemnizaciones millonarias a favor de los afectados. De la Serna indicó que Iberpistas tiene la obligación de disponer de los medios necesarios para subsanar incidentes de ese calibre y de adoptar las decisiones relacionadas con la gestión de emergencias meteorológicas como la ocurrida durante los últimos días en España.

El de Madrid no fue el único incidente grave provocado por el último temporal.

Paralizan actividades
En Euskadi, dos personas fueron arrastradas por el enorme oleaje que azota la costa norte de España. Una mujer murió ahogada cuando paseaba por el malecón de un pueblo asturiano. La comunidad Navarra quedó paralizada durante 48 horas debido a una copiosa nevada y en el sur del país, en Andalucía, tuvieron que cortarse al tráfico un sinfín de vías en Granada, Córdoba y Cádiz por culpa de las lluvias intensas registradas durante dos días ininterrumpidos.

En las zonas montañosas del Pirineo se ha pedido extremar la precaución por el alto riesgo de aludes en puntos de la cordillera de Aragón y Cataluña.

Aunque el temporal concedió ayer una pequeña tregua, al menos en cuanto a la temperatura, se espera la llegada para este jueves de un nuevo frente de bajas presiones procedente del Atlántico que volverá a barrer la península.

La sucesión de masas polares en la atmósfera también está afectando al resto de Europa. La tormenta ‘Eleanor’, que la semana pasada arrasó el continente de oeste a este, provocó graves inundaciones en Reino Unido e Irlanda, y causó importantes destrozos materiales en Alemania, donde se registraron rachas de viento de 200 kilómetros por hora.

Algunos aeropuertos internacionales, como el de Estrasburgo y el de Basilea, fueron cerrados. Otros como el parisino Charles de Gaulle redujeron su tráfico aéreo el 60%. Hace cinco días, la Torre Eiffel fue clausurada durante más de 12 horas mientras que aún se trabaja para restaurar la electricidad a 225.000 hogares del norte de Francia que ayer permanecían sin luz eléctrica.

El invierno no ha hecho más que comenzar, pero está siendo catastrófico para Europa. (I)