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Ecuador, 28 de Diciembre de 2024
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El Telégrafo
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UE intenta hacer frente al flujo de inmigrantes con acuerdo que no resuelve el problema

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Los 28 miembros de la Unión Europea (UE) alcanzaron este lunes un acuerdo para ayudar a Grecia e Italia a gestionar el flujo de solicitantes de asilo pero ofreciendo poco más de 32.000 plazas sin alcanzar las 40.000 pedidas por la Comisión Europea.

"Estoy decepcionado, aunque se haya dado un paso importante", dijo en conferencia de prensa el comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopoulos, al término de una reunión de ministros de Interior en Bruselas.

El objetivo de la reunión era responder al pedido de la Comisión Europea de ayudar a Italia y Grecia a hacer frente al flujo de inmigrantes y tratar las solicitudes de asilo con un mecanismo de reparto con cuotas por país de los demandantes de protección internacional, principalmente destinado a sirios y eritreos, llamado "reubicación".

Más de 70.000 migrantes llegaron únicamente a las costas italianas desde el principio del año, un récord que supera el de 2014, cuando se registraron cerca de 64.000 llegadas en los seis primeros meses.

El otro objetivo era repartir entre los 28 a 20.000 personas que ya tienen el estatuto de refugiado de Naciones Unidas y que se encuentran en terceros países. Sobre este punto los 28 se pusieron de acuerdo para repartir a 22.504 refugiados. A este dispositivo se sumaron Noruega, Islandia, Liechtenstein y Suiza, que no forman parte del bloque.

Pero al no alcanzar el objetivo de 40.000 personas a "reubicar" con este mecanismo temporal para los próximos dos años, la decepción trascendió.

"Se necesitará un mayor esfuerzo" de los diferentes países, subrayó el ministro de Interior luxemburgués, Jean Asselborn, cuyo país ocupa la presidencia de la UE.

El próximo encuentro será a fines de noviembre, precisó, cuando los 28 socios del bloque intentarán llegar a las 40.000 plazas y superar las reticencias de numerosos países.

Los 28 miembros de la UE debían hacer sus propuestas de plazas, sobre la base de un reparto propuesto por la Comisión que en un primer momento insistía para que fuese obligatorio.

España se opone

Pero las constribuciones fueron "decepcionantes, por momentos embarazosas", reconoció Asselborn.

Hungría y Austria, no propusieron plazas. Eslovaquia, Eslovenia, los países Bálticos o España lo hicieron muy por debajo de lo que solicitaba la Comisión.

El minsitro español, Jorge Fernández Díaz, había manifestado la oposición "radical" de Madrid al reparto propuesto por la Comisión, que le solicitaba que acogiera a 4.288 solicitantes de asilo.

El ministro propuso 1.300 plazas, con la posibilidad de llevar el cupo a 1.500 en diciembre.

"Está muy por debajo de lo que la Comisión había exigido", reconoció Fernández Díaz explicando que para Madrid el reparto "no ponderaba los esfuerzos de España" para frenar el flujo migratorio que "en los últimos cinco años, entre devoluciones y denegaciones, impidió la entrada irregular en la UE de más de 100.000 personas".

El ministro de Interior letón, Rihards Kozlovskis, que ofrecío 200 plazas de las más de 500 que le pedían, explicó que estaban "bajo presión del Este, con los refugiados provenientes de Ucrania".

Alemania y Francia, cuyos ministros no asistieron a la reunión de Bruselas, estimaron que ya hicieron su parte. Los dos países ofrecieron las plazas que les pedía la Comisión, e incluso más.

Los primeros solicitantes de asilo serán transferidos de Grecia e Italia a partir de octubre, indicó Asselborn.

A cambio de este mecanismo, Roma y Atenas se comprometieron formalmente en identificar y registrar las huellas dactilares de los que llegan a sus costas para permitir el rastreo en la UE y su eventual expulsión si no obtienen el estatudo de refugiado.

Los ministros también convinieron acelerar las expulsiones y se reservaron la posibilidad de suspender el mecanismo de "reubicación" si Italia y Grecia no cumplen.

También continuarán estudiando el envío de refuerzos a Grecia, donde la presión migratoria se concentró desde que se reforzó la vigilancia naval en el Mediterráneo central, tras el dramático naufragio de abril en el que murieron unas 800 personas. (I)

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