Más de 7 mil migrantes han llegado a Europa desde enero
UE busca un acuerdo con Turquía para frenar ingreso de refugiados
Los 28 líderes de la Unión Europea (UE) y Turquía iniciaron ayer una negociación inédita en Bruselas. El bloque europeo ofreció a Ankara reactivar las relaciones bilaterales y el proceso de adhesión del país al club comunitario, a cambio de que reciba a 2,2 millones de refugiados para evitar que se trasladen a Europa, para lo cual le darían una ayuda financiera de € 3.000 millones. Además, quieren que asuma un esfuerzo mayor en seguridad y lucha contra el terrorismo.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, y el presidente del Consejo, el polaco Donald Tusk, coincidieron en calificar como un momento “histórico” la cumbre.
“Si no hay solidaridad entre nosotros, no puede haber una solución a ninguna crisis”, dijo Davutoglu, en su intervención inicial ante los jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
El Primer Ministro turco recalcó que su país “es una nación europea” y que “quiere ser miembro de la familia” comunitaria, por lo que está dispuesto a jugar un papel “participativo” y hacer “todo lo posible” para contribuir a atajar la crisis de refugiados y cualquier otro asunto que afecte al continente.
La guerra siria ha dejado más de 250 mil muertos y cerca de 12 millones de desplazados y refugiados en 4 años y medio de conflicto.
Ante esto, los líderes europeos esperan que Turquía se comprometa a controlar mejor las fronteras con la UE, sobre todo para los migrantes económicos. Más de 7 mil migrantes han llegado a Europa, pasando por Turquía, desde enero.
La reunión se produce en un momento crítico. Por un lado, Turquía tiene a más de 2 millones de refugiados sirios en su territorio. Esta semana, Ankara derribó un avión ruso, acusándolo de violar su espacio aéreo. Turquía sigue con bombardeos contra el PKK, arrestó a periodistas por denunciar el tráfico de armas y, además, el sábado vio cómo asesinaban al abogado kurdo Tahir Elçi.
Contener a los refugiados
Entre los Estados miembros de la UE hay consenso en el que el flujo de refugiados e inmigrantes que llegan cada día es insostenible, que debe ser “estabilizado y reducido”. Y para ello la cooperación de Turquía es esencial. Por eso el vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, encabezó la delegación negociadora que en las últimas semanas alcanzó avances significativos. El tema único en la agenda son los refugiados.
La UE no quiere más refugiados, quiere que las embarcaciones desde Turquía (hasta 5 mil personas al día han salido antes del invierno) se paren, y que el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se haga cargo de los refugiados. A cambio, hasta € 3.000 millones, un preacuerdo para suprimir en octubre de 2016 la petición de visados a los turcos que quieran visitar Europa. La aceleración de las negociaciones de adhesión, abriendo nuevos capítulos importantes. Y, como muchos temen, mirar hacia otro lado ante la deriva autoritaria de Ankara. Los embajadores de los 28 han trabajado esta semana en un texto de consenso, un borrador que ponga negro sobre blanco la necesidad de trabajar de forma conjunta, los compromisos de Turquía y los incentivos y recompensas que recibirá a cambio.
El texto dice que habrá “€ 3.000 millones inicialmente”. Y eso ha generado discusiones. Unos, porque creen que se afirma que es solo el primer pago y que habrá más. Hasta € 3.000 millones cada año, como pide Erdogan. Otros, en cambio, valoran el “inicialmente” más bien como un ‘en principio’, insinuando que quizás no sea necesario tanto. Dinero que en todo caso está destinado a mejorar las condiciones de vida de los refugiados en los campos turcos.
La UE, y en especial la presidencia holandesa que asumirá el cargo en enero, quieren que en el futuro Europa acoja refugiados directamente de esos campos. Está dispuesta a invertir miles de millones para que vivan mejor, y desincentivar que quieran ir a Europa. Y también a acoger, pero mejor sin viajes por tierra o mar a países concretos.
A cambio del dinero y las negociaciones, los Estados miembros quieren que Erdogan, que en principio no asiste al encuentro, se comprometa a luchas contra las mafias que envían a miles de personas al mar. Que se comprometa a combatir él mismo la inmigración irregular. Que mejore la condición de los más de 2 millones de refugiados (no solo sirios) que tiene en su territorio.
Alemania, una vez más, tiene la voz principal. La canciller Ángela Merkel estuvo hace unas semanas en Estambul y convocó una minicumbre previa con Suecia, Austria, Bélgica, Luxemburgo y Holanda (estas dos últimas como presidencia de turno y la próxima) para buscar una posición común menos crítica.
En el texto que los embajadores han trabajado se fija un calendario de reuniones continuas entre la UE y Turquía. Se habla de cumbres regulares, de consejos de asociación y de encuentros interministeriales. Se fija que el 15 de diciembre se abrirá oficialmente el Capítulo 17 de las negociaciones de adhesión, y se sumarán al 15, 23, 24, 26 y 31, que van desde Economía a Energía, Justicia e Interior a Educación y Cultura. La parte de eliminar los visados es esencial para Erdogan. Se lograría a partir de octubre de 2016 “si se cumple la hoja de ruta”, precisan fuentes diplomáticas. Igualmente, “hay algunas dudas sobre la financiación” y que entre los Estados “hay muchas quejas contra la Comisión Europea por cómo ha llevado a cabo el diseño”. (I)