María Isabel Chorobik: El triste adiós a una Abuela de la Plaza de Mayo
Las Abuelas de Plaza de Mayo perdieron a una de sus representantes más emblemáticas. María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani, una de sus fundadoras, murió el pasado lunes por la noche en la ciudad de La Plata, 60 km al sur de Buenos Aires, a los 94 años.
Esta mujer luchadora y que jamás de dio por vencida se marchó sin poder abrazar a su nieta Clara Anahí, secuestrada y apropiada por la última dictadura cívico-militar cuando la niña tenía apenas tres meses de vida.
La noticia llenó de profunda tristeza a una entidad reconocida en el mundo entero más allá de algunas polémicas internas en el país austral por el fuerte respaldo de su titular, Estela de Carlotto, a los gobiernos de Néstor y Cristina Fernández de Kirchner.
Las Abuelas, como se las conoce en Argentina, se están yendo de a poco por ley de la vida. En la última rueda de prensa para celebrar la recuperación del nieto 128, Marcos, el mes pasado, Carlotto resumió la situación con una frase llena de melancolía:
“Como ven somos poquitas Abuelas acá, somos cuatro” las que pudieron concurrir al emotivo anuncio. La propia Carlotto tiene 87 años y presenta una vitalidad envidiable.
Pero otras están enfermas o les cuesta mucho desplazarse. Y la mayoría falleció en medio de una búsqueda implacable iniciada allá por 1977, en los tiempos más oscuros de la historia argentina cuando reclamar se pagaba con la vida.
“Chicha”, como la llamaban todos, había sufrido un accidente cerebro-vascular (ACV) hace 10 días y desde entonces estaba hospitalizada.
Las Abuelas la despidieron con un comunicado oficial en la que dejaron en claro que seguirán buscando a su nieta. “Despedimos con enorme tristeza a quien fuera compañera de Abuelas de Plaza de Mayo y actual presidenta de la fundación Clara Anahí. Una mujer fundamental en los inicios de la búsqueda de los niños y niñas apropiados por el terrorismo de Estado y un símbolo de la lucha por los derechos humanos”, indicó la nota.
Y agregó: “María Isabel "Chicha" Chorobik de Mariani fue una de las 12 fundadoras de Abuelas. Ella, con Alicia "Licha" Subaznabar de De la Cuadra, comenzaron a reunirse en ciudad de La Plata para junto a otras madres buscar la manera de encontrar a sus nietos y nietas. La nuera de Chicha, Diana Teruggi y su nieta Clara Anahí, de apenas tres meses, fueron desaparecidas luego de un brutal operativo en la casa que vivían. Por testimonios se supo que de la casa sacaron a la niña con vida. Desde entonces Chicha y las Abuelas buscamos a Clara Anahí. Querida Chicha, la seguiremos buscando, junto a todos los nietos y nietas que faltan”, sostuvo el comunicado.
“Chicha” sufrió un cambio estremecedor en su vida el 24 de noviembre de 1976. Hasta ese día era una simple docente de escuela secundaria, pero un megaoperativo realizado por un centenar de miembros del ejército y la policía en una vivienda de La Plata acabó con la vida de su nuera, Diana Teruggi, militante de la guerrilla de Montoneros. Su nieta, Clara Anahí, se hallaba en esa misma vivienda y desde entonces está desaparecida.
Pero el sufrimiento de “Chicha” recién comenzaba. En agosto de 1977 su hijo Daniel Mariani, padre de Clara Anahí, fue asesinado en otro operativo.
Por entonces “Chicha” recorría hospitales, cuarteles, comisarías, despachos oficiales e Iglesias en busca de su nieta. Pero tantas negativas la llevaron a tomar contacto con otras mujeres en su misma situación. Por ello se contactó con la incipiente organización de las Madres de Plaza de Mayo y en especial con Alicia “Licha” de De la Cuadra.
Ellas dos, junto a otras 10 mujeres, fundaron en noviembre de 1977 las Abuelas de Plaza de Mayo. Su objetivo, que se mantiene inalterable hasta hoy, era encontrar a los más de 400 bebés y niños apropiados por los represores. Hasta ahora se recuperaron 128.
Durante los 12 años siguientes Mariani se dedicó de lleno a esta tarea. Pero en 1989 dejó la entidad, pero siguió la lucha a través de la Fundación Anahí, con los mismos ideales y objetivos. La sede se levantó en su propia casa, que aún presenta los agujeros dejados por las balas del operativo en que murió su nuera y fue apropiada su nieta.
“Chicha” nunca dejó de buscar a Clara Anahí. “Tengo esperanzas de que va a aparecer, aunque yo no la vea”, afirmó en uno de los tantos reportajes de los últimos años.
Ella siempre responsabilizó del secuestro al exjerarca de la policía bonaerense, Miguel Etchecolatz, sentenciado a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad, entre ellos el secuestro y muerte de varios adolescentes que reclamaban por el boleto estudiantil en la ciudad de La Plata en un episodio conocido como “La noche de los lapices” que fue llevado al cine.
“Chicha” murió sin poder abrazar otra vez a su nieta. Etchecolatz, de 89 años, pasa sus días en la prisión de Ezeiza, periferia sur de Buenos Aires. En absoluto silencio. (I)
María Isabel “Chicha” Chorobik de Mariani siguió la lucha a través de la Fundación Anahí, con los mismos ideales y objetivos de buscar a su nieta. Foto: pagina12.com.ar