El Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil rechazó ayer los recursos presentados por aliados de Dilma Rousseff contra la apertura de un juicio político contra la Mandataria.

Los jueces Celso de Mello y Gilmar Mendes rechazaron dos apelaciones de legisladores de la coalición gobernante: una moción presentada por parlamentarios del Partido de los Trabajadores (PT) y otra del Partido Comunista Brasileño (PCdoB), aliado del gobierno.

El magistrado criticó a los diputados de intentar “burlar” las reglas del STF y de adoptar una “actitud ilegal” por su recurso y consideró que este no es viable.

El tercer recurso, también presentado por el Partido Comunista, todavía está en estudio en el Supremo Tribunal Federal. En este caso, el magistrado Luiz Edson Fachin solicitó que se manifestaran sobre el proceso contra Rousseff la Presidencia de la República, las cámaras de diputados y senadores, la Fiscalía General de la República y la Abogacía General de la República. No fue informado en qué argumentos se basa esta acción.

Las apelaciones fueron la primera línea de defensa de Rousseff contra una eventual remoción y el rechazo de la Corte Suprema refuerza expectativas de una batalla política, en momentos que la mayor economía de América Latina se encuentra sumida en una profunda recesión y en un escándalo de corrupción.

En medio de esta tormenta política, el presidente electo de Argentina, Mauricio Macri, llegó ayer a Brasil, en su primera reunión de alto nivel internacional. Se entrevistó con la mandataria Dilma Rousseff en el Palacio del Planalto. El presidente electo en conferencia de prensa al término del cónclave dijo que dialogaron sobre los compromisos bilaterales, la situación del Mercosur, las elecciones legislativas de mañana en Venezuela, los créditos para obras de infraestructura comunes y de la posibilidad de organizar un desembarco de empresarios brasileños luego de la asunción, prevista para el 10 de diciembre. (I)