Fin de tratado nuclear entre EE.UU. y Rusia crea temores armamentistas
Las autoridades rusas acusaron a las estadounidenses de poner en peligro el sistema mundial de control de armamento.
La declaración se generó después de que ambos países abandonaron ayer el tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF, por su sigla en inglés) suscrito en 1987.
Moscú acusó a Washington de orquestar una campaña de propaganda para acusarlo de violar el tratado a ojos de la comunidad internacional, luego de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) señaló a Rusia como el único responsable de que haya terminado el pacto.
El comunicado ruso se publicó después de que el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, responsabilizó a Rusia de “la muerte del tratado” e invitó a China a formar parte de “una nueva era del control de armas”.
En respuesta, Moscú calificó a Washington de actuar con hipocresía, ya que su objetivo de “atraer a terceros”, en alusión a China, es su beneficio.
En abril de 2017, ante el Senado, el que fuera jefe del Comando del Pacífico de las Fuerzas Armadas de EE.UU., Harry Harris, detalló que Pekín no forma parte de ningún tratado de desarme y, actualmente, posee la “fuerza de misiles más grande y diversa del mundo, con un inventario de más de 2.000 misiles balísticos y de crucero”.
Pero la idea de un tratado de desarme a tres bandas que incluya a Washington, Moscú y Pekín era vista con buenos ojos por algunos países europeos, como Alemania.
Sin embargo, en febrero el consejero de Estado chino, Yang Jiechi, arquitecto de la política exterior, descartó esa posibilidad.
Además, el funcionario asiático negó que Pekín frene sus deseos de modernizar las Fuerzas Armadas con numerosos avances tecnológicos.
De acuerdo con el diario El País, el fin del tratado, en un momento que aumenta el riesgo de confrontación bélica con Corea del Norte o Irán, contribuye a devolver al mundo a la época del riesgo de un conflicto nuclear, que se daba ya por sepultada.
Por otra parte, los grupos que abogan por el desarme, como la Asociación por el Control de Armas, consideran que Trump usa a Pekín como chivo expiatorio para justificar su salida del Nuevo START (Tratado de Reducción de Armas Estratégicas, por su sigla en inglés), suscrito por Moscú y Washington en 2010, que limita sus arsenales nucleares y expirará en 2021.
Los riesgos
Uno de los firmantes del INF en 1987, el expresidente soviético Mijaíl Gorbachov, declaró en vísperas que la expiración del primer tratado de desarme de la Guerra Fría “dinamitará no solo la seguridad de Europa, sino también del mundo”.
El exdirigente soviético instó a Moscú y Washington a intentar salvar el START.
Rusia ha llamado en numerosas ocasiones a EE.UU. a iniciar las negociaciones para renovar el START, que busca limitar el arsenal nuclear de las dos potencias de forma paritaria y que es posible prolongarlo, de mutuo acuerdo, máximo cinco años más.
No obstante, tanto el presidente de EE.UU., Donald Trump, como su asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, son críticos con el tratado, que limitaba a un máximo de 1.550 el número de cabezas nucleares estratégicas para cada uno de los dos signatarios. (I) et
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