Tokio abre su primer museo sobre el excremento humano
Aunque suene insólito, un artista japonés decidió la apertura el primer museo dedicado al excremento humano. Se trata de Masaru Kobayshi y su Tokyo Unko Museum.
Entre los muchos sinónimos de excremento que existen en el idioma japonés, los fundadores del Museo de la Caca eligieron la palabra más cándida en su idioma, “unko”, para bautizar un irreverente espacio ideado para las chicas aficionadas a Instagram. “Que la caca dejara de ser un tema tabú para las jóvenes era mi objetivo”, explica su creador, Masaru Kobayashi.
El japonés al igual que el chino y otros idiomas de signos y símbolos, no tiene letras ni alfabeto como los occidentales o lenguas romance como el español o latín, por lo tanto su uso en el icono podría tener relación con su creación.
Con las influencers japonesas en mente, el intelectual nipón resolvió llenar las salas de inodoros y piezas que imitan a las heces en tonos turquesa, fucsia y amarillo limón, colores típicos de la estética japonesa llamada “kawaii”, donde lo tierno y candoroso armoniza sin problema con lo grotesco o lo cursi. Kobayashi aclara que lejos de ser una moda cultural, kawaii es la extensión natural de la cultura japonesa tradicional.
“En el pináculo de la mundialmente famosa cultura kawaii está la caca, materia frágil que desaparece por el desagüe poco después de haber sido traída a este mundo”, reza un letrero a la entrada del museo.
Para revivir el entusiasmo de la infancia, los visitantes son recibidos en una sala equipada con nueve coloridos inodoros cuya disposición evoca los escusados comunales de la antigua Roma. Una guía del museo los invita a sentarse, apretar los puños y tras contar uno-dos-tres, imaginar que sueltan una simbólica deposición. Al levantarse, cada uno encuentra en su taza una caca de plástico muy parecida al emoticón de las redes sociales, pero en llamativos colores pastel.