Muy rara vez se ha visto en América Latina un interés tan alto en unas elecciones legislativas. Toda la atención se centra por lo general en las presidenciales. Hoy todo el continente mira a Venezuela.

Es más, los caminos conducen a Caracas. Expresidentes de todo el hemisferio y uno de España, invitados por la autoridad electoral y la oposición, están en la capital venezolana para vigilar unos comicios que suenan a plesbiscito y que desde un inicio han sido calificadas de poco transparentes, algo que nunca se ha probado.

“La vivienda, salud, alimentación y educación están presentes en la mayoría de las constituciones del mundo, pero son palabra muerta en esos países. En Venezuela se garantiza a todos sus derechos universales, no con la hipocresía que caracteriza a los gobiernos mercantilistas, capitalistas que hablan de los derechos de los pueblos y no hacen nada para garantizarlos”, destaca Carlos Carruyo, un bloguero simpatizante del chavismo.

Hoy están convocados más de 19 millones de ciudadanos que elegirán a los 167 diputados que conformarán la unicameral Asamblea Nacional (AN) para el período 2015-2020.

Para esta la jornada democrática el CNE habilitó 14.515 centros de votación y 40.601 mesas electorales. Aunque en Venezuela el voto no es obligatorio, este país tiene un histórico alto índice de participación.

José Mujica, expresidente de Uruguay, dijo que estas elecciones  “no van a resolver nada fundamental” y que el país caribeño precisa “tranquilidad, paz y diálogo” para implementar una serie de reformas que permitan encauzar la economía.

“Venezuela se siente muy acosada y todo lo que se dice desde el exterior antagoniza más a la sociedad venezolana”, expresó Mujica.

Aunque el sistema político venezolano es presidencialista, los nuevos integrantes de la Asamblea Legislativa, además de crear y reformar leyes, podrán decretar amnistía a prisioneros y serán los encargados de nombrar a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, una acción de importancia estratégica para la derecha venezolana.

El analista internacional Alejandro Fierro aseguró que la oposición  ya tiene preparado un escenario para el día después de las elecciones parlamentarias. “De perder la oposición, las parlamentarias cantarán el fraude y desconocerán los resultados, en caso de triunfar iniciarán una campaña de desestabilización política, con el fin de provocar la salida del gobierno del presidente Nicolás Maduro”, afirmó Fierro.

Hace pocos días, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), que agrupa a la oposición, declaró que el fraude electoral es prácticamente imposible, debido a que, entre otras cosas, la totalización de los votos se hace a través de un sistema encriptado que los testigos de ambos partidos pueden vigilar en todo momento.

De igual manera, la fiscal general, Luisa Ortega, anunció el despliegue desde 35.000 funcionarios que garantizarán el ejercicio democrático y, aunque no habrá misiones de observación internacionales, habrá un acompañamiento al proceso electoral. La más destacada es la de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).

Es de acompañamiento y no de observación, porque los extranjeros no solo trabajan el día de los comicios, sino que observan todo el proceso, desde la campaña.

El programa de acompañamiento se rige por preceptos como la igualdad y el intercambio de experiencias en todas las fases del proceso electoral. La presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Tibisay Lucena, consideró que el acompañamiento contrasta con las antiguas misiones de observación porque no es de carácter injerencista ni aplica fórmulas para violar la soberanía del pueblo.

Para contrarrestar la campaña negativa, los expresidentes de España  y de Panamá, José Luis Rodríguez Zapatero y Martín Torrijos, respectivamente, miembros de la delegación internacional de acompañamiento, llegaron a Caracas. “No hay coincidencia entre lo que se ve desde medios internacionales y la realidad de lo que observamos acá: un país en normalidad, enmarcado en un proceso electoral”, agregaron los exgobernantes.

Los candidatos y sus listas

Venezuela tiene 2 frentes políticos; por un lado está el Gran Polo Patriótico (GPP), cuyo movimiento más representativo es el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), que en la actualidad ostenta la mayoría de la Asamblea Nacional, además de Tupamaro, el Partido Comunista de Venezuela, Por la Democracia Social y Patria para Todos.

Esta coalición se enfrentará a la opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en la que se constan los partidos Primero Justicia (PJ), de Henrique Capriles; Acción Democrática (AD); Un Nuevo Tiempo (UNT); Alianza Bravo Pueblo (ABP) y Voluntad Popular (VP), de Leopoldo López.

De los 167 diputados, un total de 113 integrantes de la Asamblea Nacional serán elegidos de manera individual y 51 lo serán a partir de listas. También habrá 3 representantes indígenas en determinados estados. La asignación de diputados va de acuerdo a la población por estado o circunscripción.

La oposición, en cambio, invitó a expresidentes latinoamericanos identificados con la derecha. Esa misión es liderada por los exmandatarios de Colombia, Andrés Pastrana, y de Costa Rica, Laura Chinchilla. Al mismo tiempo, el secretario ejecutivo de la OEA, Luis Almagro, en dos cartas dirigidas a Nicolás Maduro, ha criticado la organización de los comicios. (I)