La tensión sube en Oriente Medio tras ataque químico
Los gobiernos de Siria, Irán y Rusia acusaron ayer a Israel de ejecutar un bombardeo contra una base aérea en Siria que dejó 14 muertos, entre ellos cuatro asesores iraníes.
El Ministerio de Defensa de Rusia afirmó que dos aviones de guerra israelíes F-15 lanzaron ataques aéreos contra la base T-4 en el centro de Siria, entre las ciudades de Homs y Palmira, desde territorio libanés.
El bombardeo se produjo después de las denuncias de un supuesto ataque químico, el pasado fin de semana, en la ciudad de Duma, el último reducto rebelde de la región de Guta Oriental.
Tras la denuncia de Damasco, Teherán y Moscú, tanto París como Washington negaron que estén implicados en el ataque a la base siria T-4. No obstante, Estados Unidos amenazó con tomar acciones por el supuesto ataque del sábado.
La Sociedad Médica Siria Americana (SAMS, por sus siglas en inglés) y la Defensa Civil Siria, ambas organizaciones apoyadas por Estados Unidos, afirmaron que 42 personas fallecieron el sábado con síntomas de un ataque químico.
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos destacó que 21 personas perecieron ese día por asfixia, pero como resultado del “derrumbe de los edificios” de la zona.
Duma es el último reducto insurgente que queda en Guta Oriental, antiguamente el principal bastión opositor de las afueras damascenas, donde las autoridades sirias iniciaron en febrero una ofensiva, en la que tomaron casi todo su control.
Según las Naciones Unidas, más de 1.700 personas fueron asesinadas desde febrero en Guta Oriental.
Asimismo, el Ministerio sirio de Exteriores recordó en dos cartas enviadas ayer a la Secretaría General y el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que el bombardeo israelí contra la T4 no hubiera sido posible sin “la luz verde de EE.UU.”.
Consideró que Israel puede continuar su “enfoque de agresiones peligrosas” y su “terrorismo de Estado”, por el respaldo de la administración estadounidense, especialmente por la inmunidad que le proporciona.
Por su parte, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) anunció que sus equipos investigan lo sucedido y que efectuó un análisis preliminar de las informaciones del supuesto uso de armas químicas.
Los sucesos ocurrieron luego de que el jueves se cumplió el primer aniversario del ataque químico en la localidad Jan Shijún, en el norte sirio, donde más de 80 personas murieron y del que la ONU culpó al gobierno del presidente Bashar al Asad.
Desde Washington, el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, dijo que “no descarta” acciones militares contra Siria ante el presunto ataque químico.
El anuncio se efectuó luego de que el presidente de su país, Donald Trump, prometió que los responsables del bombardeo pagarán “un alto precio”.
“Si fueron los rusos, si fue Siria, si fue Irán, si fueron todos ellos juntos, lo descubriremos y tendremos las respuestas bastante pronto”, garantizó Trump.
El presidente ruso, Vladimir Putin, aseguró que es “inadmisible” acusar a Siria de un nuevo ataque químico contra la población civil en ese país, en conversación telefónica con la canciller alemana, Angela Merkel. (I)
El conflicto
Rusos no hallan pruebas
El Ministerio de Defensa de Rusia informó que los médicos fueron a Duma, sitio del supuesto ataque, pero no encontraron pruebas de que se utilizaran armas químicas. Las víctimas solo tenían fracturas, disparos y heridas de metralla.
8 mil combatientes negociaban su salida de Siria con Rusia, antes del ataque.
La cancelación de la tregua
La agencia de noticias rusa Tass informó que el domingo los combatientes debían abandonar Duma, pero se canceló. (I)