Temer sufre traiciones de sus aliados antes de crucial votación
Brasil enfrentará una semana clave para la continuidad del presidente Michel Temer, que es blanco de un movimiento destituyente dentro de la coalición oficialista, donde apareció como el favorito a reemplazarlo el número 2, Rodrigo Maia, presidente de la Cámara de Diputados.
Temer estuvo en la Cumbre del G20 con un resultado magro: no tuvo ninguna reunión bilateral de trabajo, ya que su estadía en Hamburgo fue dedicada a mirar la agenda de su país.
En un furcio, Temer dijo en un video en su Twitter que durante su gestión “hizo crecer el desempleo”. El dato es real, pero Temer y su equipo enviaron la declaración al aire, en ejemplo de cómo tambalea el gobierno desde que en junio fue denunciado penalmente por el fiscal general por corrupción, por avalar un supuesto pago de sobornos durante una charla con el empresario Joesley Batista, del grupo JBS.
A partir de hoy la comisión de Constitución y Justicia deberá votar el informe sobre si la Cámara de Diputados acepta o rechaza la denuncia del fiscal general, Rodrigo Janot, contra Temer.
El trámite debe seguir al pleno de Diputados, donde Temer puede ser suspendido por 180 días en caso de que dos tercios de la Cámara Baja acepte la denuncia. Sus partidarios se rebelaron, sobre todo porque hay diputados que buscan la reelección el próximo año y defender a un presidente denunciado por corrupción es un alto costo electoral.
“Confío en la lealtad de Maia”, dijo Temer, mientras que en la prensa local los portavoces del sector financiero decían que lo importante era el modelo económico y el plan de reforma laboral y no tanto el nombre del jefe de Estado.
La semana de la turbulencia política en Brasil comienza luego de que Temer perdió el apoyo de gran parte del oficialismo en el Congreso, al punto de que sus aliados hablan abiertamente de que la mejor opción es la llegada de Maia, del conservador partido Demócratas.
“Son puras especulaciones, somos aliados de Temer y vamos a mantener el apoyo al gobierno”, dijo Maia, político investigado por el Supremo Tribunal Federal por recibir dinero ilegal para campañas o sobornos de Odebrecht.
Pero la rebelión llegó de la fuerza a la que pertenece el expresidente Fernando Henrique Cardoso, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), que tiene cuatro ministerios y su base parlamentaria es sostén de Temer.
“Si Maia es presidente (en principio) por seis meses tiene condiciones de dar un nivel mínimo de estabilidad en el país, que se está tornando ingobernable”, admitió el titular interino del PSDB, senador Tasso Jereissati.
El mensaje originó un rechazo inmediato del canciller Aloysio Nunes, del PSDB, que controla cuatro ministerios: “Ni Lula ni Dilma Rousseff fueron tratados de esta forma. Es inoportuno hacer estas críticas para los intereses de Brasil por parte de los dirigentes del PSDB”, puntualizó Nunes por Twitter, en referencia a la presencia de Temer en el G20, en Hamburgo, Alemania.
La operación Maia presidente
Incluso, el apoyo a la ‘Operación Maia presidente’ fue avalada por otro importante dirigente del PSDB, el vicepresidente del Senado y aliado del presidente Michel Temer, Cassio Cunha Lima.
Cunha Lima afirmó a inversores que en 15 días puede caer el actual gobierno y asumir Maia.
La derecha busca cómo agradar al mercado financiero; aprobar las reformas de ajuste y poder posicionarse, desde el gobierno, para las elecciones del año próximo. No obstante, de acuerdo a las encuestas, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, del Partido de los Trabajadores (PT), es el que lidera estos comicios. Una victoria electoral de Lula da Silva alejará el contenido de estas reformas de alcance histórico.
La presidenta del opositor PT, Gleisi Hoffmann, ratificó que “no vale de nada cambiar a Temer por Maia”, al reclamar una enmienda constitucional para adelantar el proceso electoral directo previsto para octubre de 2018.
Es hijo de César Maia, exalcalde de Río de Janeiro, y su partido es el heredero del Arena, que luego se llamó Partido del Frente Liberal que fue el respaldo civil de la dictadura militar. También es yerno del secretario general de la presidencia, Wellington Moreira Franco, exgobernador de Río de Janeiro, del PMDB y asesor del círculo íntimo de Temer.
La rebelión y la urgente campaña a favor de Maia de varios parlamentarios llevaron a la reacción de la expresidenta Dilma Rousseff, quien lanzó ironías contra Temer, su exvicepresidente, hoy en medio de un movimiento destituyente.
“Desde Marx sabemos: la historia se repite, la primera vez como tragedia y la segunda como farsa. El golpe de 2016 fue una tragedia. 2017 es farsa de las élites”, escribió en Twitter la exmandataria destituida por violar la ley de responsabilidad fiscal a raíz de que Temer se pasó a la oposición y construyó el gobierno con el PSDB, Demócratas, entre otros partidos.
“Para el mercado, frente a este escenario de inestabilidad política, el garante del proceso de reformas es el ministro Meirelles”, dijo ante una consulta de EL TELÉGRAFO José Francisco de Lima Gonçalves, economista jefe de Fator, principal banco de inversión brasileño con sede en Sao Paulo, dejando en claro que el país puede desangrarse políticamente, siempre y cuando las reformas bajo demanda sigan su curso.
La puja entre el poder político empujado por el apuro del poder económico forma parte de este escenario, con el gobierno disputando el voto de los diputados para salvar o enviar a la oscuridad a Temer.
La crucial votación en el plenario de Diputados puede ocurrir a fines de julio o la primera semana de agosto, pero todo dependerá de cómo esta semana se desarrolle el trámite en la comisión, que puede acelerar o disminuir el ritmo de los trabajos. (I)