El presidente de Brasil, Michel Temer, decretó la noche de este viernes 25 de mayo la intervención de las Fuerzas Armadas para enfrentar el desabastecimiento del país y liberar las rutas bloqueadas desde hace cinco días por camioneros que rechazaron el cumplimiento de un acuerdo con las asociaciones empresariales de transportistas para reducir el precio del gasoil.

"No permitiremos que la población se quede sin los productos de primera necesidad, no permitiremos que los consumidores se queden sin productos, no vamos permitir que los hospitales se queden sin insumos para salvar vidas", dijo Temer por cadena nacional.

Lo hizo luego de que la mayor parte de los camioneros autónomos -pequeños empresarios o cuentapropistas que son choferes- desoyó el acuerdo firmado el jueves 24 de mayo por la noche entre representantes patronales y el gobierno. Esta intervención en seguridad pública le sigue a la decretada en febrero para que el Ejército asuma como jefe de policía en el estado de Río de Janeiro.

El país se encontró en una inédita situación de caos: el aeropuerto de Brasilia dejó de operar por falta de combustible, que se agotó en todas las capitales de los estados del país e incluso Sao Paulo, la mayor ciudad de Sudamérica, declaró el estado de emergencia para poder actuar por decreto y adquirir comida directamente.

Entre los cientos de miles de camiones que hicieron más de 900 bloqueos parciales de rutas la única expresión política era "intervención militar ya", una frase identificada con el candidato presidencial Jair Bolsonaro, un diputado ultraderechista. Sectores de izquierda protestaban pidiendo la renuncia de Temer en la Avenida Paulsita, en Sao Paulo.

La protesta iniciada el lunes pasado con bloqueos de rutas y cese de entregas de las mercaderías fue contra el aumento del 58% que en las últimas semanas sufrió el gasoil, luego de que Petrobras eliminara todas las regulaciones para las variaciones de precio, en un ointento de guiño hacia los inversores de la empresa estatal de capital abierto.

El decreto de Temer permite a los militares y policías invadir los camiones que están al lado de las rutas parados y conducir hacia el destino, por ejemplo, estaciones de servicio y supermercados.

Pero el gobierno intentó ganar volumen político a la vez de la opción militar: el ministro de seguridad, Raúl Jungmann, anunció que 10 empresarios del transporte estan siendo investigador por lock-out patronal. "Una huelga es algo constitucional pero un lock out es buscar el lucro por otros medios, con penas de prisión", dijo en conferencia de prensa Jungmann.

Temer dijo que el gobierno aceptó 12 reivindicaciones del movimiento de transportistas autónomos, como reducir el 10% en el precio del gasoil, con estabilidad de precio cada 30 días, hecho por el cual el gobierno deberá resarcir a la estatal Petrobras.

Temer acusó a una "minoría radical" de la escalada del conflicto y advirtió que será responsabilizada.

La ciudad de Sao Paulo logró por la noche comprar 240.000 litros de gasoil para su flota de colectivos, que fueron transportados con escolta de la policía.

La ciudad mostró un paisaje con escaso tránsito y falta de autobuses.

El arco político opositor se mantuvo contra la falta de reacción del gobierno: el precandidato laborista a la presidencia, Ciro Gomes, pidió la renuncia del titular de Petrobras, Pedro Parente, defensor de la liberalización de los precios, mientras que la ex presidenta Dilma Rousseff dijo que Temer "no sabe gobernar un país complejo como Brasil".

Con el correr de las horas y la falta de adhesión de todos los camioneros, el gobierno maniobró con los gobernadores para que bajen los impuestos provinciales a los combustibles, en una medida que uno había surtido efecto.

El ministro Jungmann detalló que 45% de los bloqueos fueron cancelados. De 933, fueron este viernes para 519. En Rondonia, estado amazónico fronterizo con Perú, seis ciudades quedaron a oscuras porque dependen de la generación termoeléctrica ya que el oleo no llegó para alimentar las usinas.

"La respuesta será enérgica", afirmó el Ministerio de Defensa en un comunicado, al anunciar su intervención para liberar camiones de las refinerías con combustibles.

Luego de esta medida, la Asociación Brasileña de Camioneros (ABCAM) pidió a los transportistas retirarse de la protesta, aunque no dejar de reclamar por la baja del gasoil. En todo el país por la noche la situación era tensa a raíz de que el gobierno buscaba abastecer a los aeropuertos para evitar cancelaciones y estaciones de autobuses con diesel.

En medio del desabastecimiento, en las redes sociales la cuñada de Temer, la esposa de la primera dama Marcela, publicó una foto en Instagram en la que aparecía su tanque de gasolina lleno, en el tablero de su automóvil, con la frase “ostentación”. (I)