Tailandia gasta $ 31 millones en la coronación del rey
El rey tailandés Maha Vajiralongkorn se casó con su guardaespaldas y la convirtió en reina. La coronación del monarca, valorada en $ 31 millones, se iniciará mañana y concluirá el lunes.
La imagen oficial de la nueva reina arrastrándose frente al monarca en su nombramiento generó comentarios diversos en Occidente. Sin embargo, en Tailandia cualquier crítica a la realeza (conocidos como casos de lesa monarquía) es castigada con penas de 3 a 15 años de cárcel.
El anuncio real de que Suthida Tidjai, exazafata de 40 años, ahora es la reina se produjo a pocas horas de la coronación del rey.
Vajiralongkorn asumió el cargo de primer rey en 2016, cuando falleció su padre, el rey Bhumibol Adulyadej, pero la coronación será mañana.
El rey nunca explicó por qué la coronación se producirá tres años después y por la ley “lesa monarquía” nadie lo cuestiona.
La lesa monarquía y la política
La norma permanece vigente en el Código Penal y continúa colocando una mordaza a la libertad de expresión, apunta Sasinan Thamnithinan, abogada de la organización Thai Lawyer for Human Rights (TLHR).
En 2018 solo fueron tres los casos iniciados. En este año no hay denuncias.
Los datos de 2018 contrastan con los 13 juicios abiertos en 2014 tras el golpe de Estado militar, ocurrido bajo el reinado del rey Bhumibol -padre del actual soberano-.
Como antecedentes hay 15 denuncias en 2015 y 14 procesos en 2017. Las solicitudes fueron presentadas los días posteriores a la muerte del anterior monarca.
“La ley de lesa majestad sigue siendo un arma política contra los adversarios. Sin embargo, la fiscalía en lugar de proceder con este delito, ahora opta por imputar a los acusados con otros preceptos como la ley de delitos informáticos o cargos por sedición”, comentó la letrada.
Porntip Mankong, quien permaneció en prisión dos años y medio por delito de lesa majestad y recuperó su libertad en 2016, declaró que existe un “estigma” en la sociedad contra los acusados por este delito.
Agregó que “hay un sentimiento de comunidad” entre los inculpados que ayuda a sobrellevarlo.
En contraparte, el rey Vajiralongkorn, de 66 años, vivió gran parte de su vida en el extranjero desconectado de las actividades de la corona y no heredó la popularidad de la que gozó su padre, el rey Bhumibol, quien falleció a los 88 años el 13 de octubre de 2016.
Desde su ascensión al trono, el actual monarca fortaleció sus poderes con la aprobación de reformas legales que, entre otros, ponen bajo su única autoridad el vasto patrimonio de la corona y las agencias estatales responsables de su seguridad.
En abril, días después de las elecciones del 24 de marzo, el jefe de las Fuerzas Armadas de Tailandia, general Apirat Kongsompong, amenazó a los intelectuales progresistas, en referencia al partido emergente Anakot Mai (Nuevo Futuro), con utilizar la ley de lesa majestad si pretenden cambiar el sistema parlamentario monárquico.
Aunque en teoría Tailandia es una monarquía constitucional desde 1932, la figura se ha rodeado de un poder omnímodo que incluso dio lugar a una filosofía propia que se presentó como la alternativa perfecta a cualquier ideología mundial.
El matrimonio real
Vajiralongkorn, de 66 años, no es el primer rey que se casa con una plebeya. Las duquesas de Cambridge y Sussex (también conocidas como Kate y Meghan) son plebeyas.
A la lista se suma Michiko Shoda, que se convirtió en emperatriz cuando ella y el emperador japonés Akihito, quien renunció al trono a principios de esta semana, se casaron en 1959.
Pero la historia de Suthida es diferente. El rey, que se casó y divorció tres veces, la convirtió en comandante adjunto de su unidad de guardaespaldas en 2014 cuando era príncipe heredero. En 2016 la nombraron general y al año siguiente comandante adjunta de su guardia.
Esta relación romántica se rumoró por un tiempo, pero solo se hizo pública cuando el rey anunció que se casó con ella, convirtiéndola en su cuarta esposa y reina.
Vajiralongkorn y el patrimonio de la monarquía estaban valorados en más de $ 30.000 millones, publicó la revista Forbes en 2012. (I)