El extécnico de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense (NSA) Edward Snowden persuadió entre 20 y 25 de sus compañeros del centro operativo regional, de la Agencia en Hawái, para que le dieran sus contraseñas, asegurándoles que las necesitaba para su trabajo de administrador de ordenadores.

Varias fuentes cercanas a la investigación gubernamental informaron a Reuters que los empleados involucrados fueron interrogados y destituidos de sus funciones, aunque aún no está claro qué reglas violaron al dar a Snowden información que le permitió acceder a los documentos secretos sobre programas de espionaje de su país. Además, esta revelación pone de manifiesto las medidas de seguridad inadecuadas que hay en la NSA.