Un grupo de mujeres sirias en la provincia de Hatay, en el sur de Turquía, se ganan la vida produciendo y vendiendo juguetes hechos a mano, según relató el gerente del taller, Khalid Qadour.

Qadour narró que este taller está abierto desde 2017, cuando fue creado con la ayuda de la agencia humanitaria turca (IHH, por sus siglas en turco) y de la fundación RAF, de Catar.

Las mujeres que forman parte del taller produjeron 3.000 juguetes el año 2018, y todos se vendieron. “Los precios de los juguetes están entre 20 y 30 liras turcas ( $3,50 a $ 5,50). Los promovemos en las redes sociales”, dijo Qadour, quien agregó que la meta de esta iniciativa para fines de este año 2019 es producir 10.000 juguetes de peluche.

Una ayuda psicológica

Fadila Haj Redvan, de 40 años y madre de cuatro hijos, manifestó que hacer juguetes no solo le ayuda económicamente sino también psicológicamente. “Huí a Turquía después de perder a mi esposo en un ataque aéreo en Alepo. Comenzamos una nueva vida aquí y lo que gano con los juguetes me ha ayudado mucho”, agregó.

Salam Alsellum, de 41 años, madre de tres hijos y cuyo esposo también fue asesinado hace tres años, manifestó que ahora puede sostener a su familia haciendo juguetes. “Se necesitan dos horas para preparar un juguete y compartimos lo que ganamos por igual”, explicó.

Los sirios constituyen un importante número de refugiados en Turquía, donde hay alrededor de 3,6 millones de personas de este grupo. Las otras nacionalidades con gran número de refugiados en Turquía son los afganos, con 164.351; los iraquíes, con 142.576; los iraníes, con 37.732; los somalíes, con 5.518, así como otros 11.515 de otros puntos del mundo.

Según el Ministerio del Interior turco, el 96,51% de los sirios viven en provincias, principalmente en Estambul, Sanliurfa, Hatay, Gaziantep, Mersin y Adana.

Elogian programa de ayuda

El Banco Mundial publicó un informe sobre el programa Ayuda de Cohesión Social, organizado por el Programa Mundial de Alimentos del Ministerio de Familia, Trabajo y Servicios Sociales de Turquía y la Media Luna Roja Turca, financiado por la Unión Europea (UE).

El informe expresa que se prevé sea exitoso en su misión de satisfacer las necesidades básicas de las familias con estatus de refugiados.

En el reporte se enfatiza que el programa tiene como objetivo ayudar al 40% del sector más pobre de este grupo, contribuyendo económicamente de forma directa para cubrir necesidades básicas como alojamiento y ropa.

Según esta fuente, el 76% de las familias seleccionadas para el programa de Ayuda de Cohesión Social viven por debajo del umbral de la pobreza y el 12% están en el umbral de la misma.

El valor promedio de las ayudas en efectivo otorgadas por el programa cubre el 51% de los gastos de las familias, y el 63% de las familias más pobres.

El documento expresa que la transferencia de ingresos dentro del contexto del programa tiene un gran potencial para mejorar la vida de las familias, y hace hincapié en que el Banco Mundial continuará monitoreando el impacto de la ayuda distribuida.

En el contexto del programa se realizan pagos mensuales en efectivo a las cuentas bancarias de las personas necesitadas. Además de las principales instituciones organizadoras, el proyecto es apoyado por la Agencia de Gestión de Desastres y Emergencias, la Dirección General de Gestión de Migraciones y la Dirección General de Asuntos de Población y Ciudadanía de Turquía. (I)