Shinzo Abe, un político astuto y diplomático pragmático
Tokio.-
Conservador de tinte nacionalista, el primer ministro japonés, Shinzo Abe, venció con gran facilidad en las recientes elecciones legislativas, a las que convocó el mes pasado -más de un año antes de lo previsto- para aprovechar las divisiones en la oposición.
Demostró que es un estratega astuto en política interior y un diplomático pragmático en el plano exterior: Contará con la ‘supermayoría’ de dos terceras partes en el Parlamento japonés. La coalición gobernante liderada por el Partido Liberal Democrático (PLD) y el budista Komeito obtuvieron 313 de los 465 escaños, por lo que Abe podrá impulsar la reforma militarista de la Constitución a la que aspira. Gobernará hasta 2021.
Abe, de 63 años, volvió al poder como un salvador en diciembre de 2012, tras el periodo que la centroizquierda ocupó el ejecutivo, entre 2009 y 2012, marcado por los luctuosos sismos y tsunamis de marzo de 2011, que originó la catástrofe nuclear de Fukushima.
Desde entonces se mantiene en el poder y su partido ha ganado todas las elecciones, salvo la renovación de la Asamblea de Tokio, en julio pasado, en que se impuso la gobernadora de la capital, Yuriko Koike, quien acaba de crear el Partido de la Esperanza, de oposición, para las legislativas.
Preparado desde muy joven para ejercer el poder, marcado por la historia familiar de dos generaciones de dirigentes políticos antes que él, Abe ha sido tratado de arrogante y obtuso.
El dirigente exhibe sus resultados económicos y su estrategia de reactivación económica, conocida como los ‘abenomics’, que contienen un masivo estímulo económico estatal, otro monetario y una reforma estructural, aunque también intenta promulgar leyes que le resultan esenciales, sobre seguridad y defensa, por ejemplo.
Tal fue el caso de la ampliación de las prerrogativas en el exterior para las fuerzas japonesas de autodefensa, en 2015, o el texto sobre el delito de complot, presentado como necesario para la lucha antiterrorista.
Abe construyó su reputación sobre su firmeza ante Corea del Norte. Y, este conservador, también afirma que quiere un Japón capaz de defenderse militarmente sin arrastrar la carga del arrepentimiento frente a China y Corea del Sur, dos países que estuvieron ocupados por tropas japonesas.
Por otra parte, Abe se adapta a cada cambio de presidentes estadounidenses. Fue el primer dirigente en precipitarse a Nueva York para entrevistarse con Donald Trump después de su elección a la presidencia en Estados Unidos, en noviembre de 2016.
Al mismo tiempo intenta no ofender al presidente ruso Vladimir Putin, con el que le gustaría resolver el diferendo de las islas Kuriles (llamadas ‘Territorios del norte’ por los japoneses), anexionados por la extinta Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial.
Tres generaciones
En un reciente artículo publicado por el New York Times sobre la respuesta que debería darse a la amenaza norcoreana y a los repetidos ensayos de misiles y bombas nucleares por parte de Pyongyang, Abe afirmaba “apoyar firmemente la posición de Estados Unidos, según la cual todas las opciones están sobre la mesa”, es decir, la acción militar incluida.
Sin embargo, unos días antes, aparecía junto a Putin, evitando oponerse públicamente al líder ruso, favorable del diálogo.
Shinzo Abe es el tercero de una estirpe de importantes políticos. Su abuelo Nobusuke Kishi, era ministro durante la Segunda Guerra mundial. Sospechoso de crímenes de guerra, fue arrestado pero nunca juzgado por el Tribunal de Tokio.
Luego fue primer ministro y firmó en 1960 con el presidente estadounidense Dwight Eisenhower un tratado de seguridad y cooperación, que es hoy la base de la estrecha alianza entre los dos países.
Su padre, Shintaro Abe, llegó a ser ministro de Asuntos Exteriores. Al morir en 1993, su hijo ocupó su escaño en el Parlamento. (I)
Biografía
Nació en Tokio, Japón, el 21 de septiembre de 1954.
En 1977 se graduó en Ciencias Políticas, Facultad de Derecho, en la Universidad de Seikei.
Fue miembro de la Cámara de Representantes desde 1993 (reelegido en ocho veces).
Desempeñó su primer mandato al frente del PLD entre 2006 y 2007, cuando fue elegido por primera vez primer ministro de Japón. Fue reelecto en 2012 y ahora, en 2017.