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El Telégrafo
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Shimon Peres, el negociador de la paz en Israel

Shimon Peres, el negociador de la paz en Israel
Foto: AFP
29 de septiembre de 2016 - 00:00 - Redacción y Agencia AFP

Tel Aviv.-

“Recuerdo que tras la victoria electoral de (Jonh F.) Kennedy, subí en el ascensor con el primer ministro Ben Gurión y el recién nombrado presidente estadounidense y escuché su conversación...”, era una anécdota que contaba con frecuencia Shimon Peres, el único líder de Israel que tras cumplir siete décadas en todas las escalas del poder de la nación que ayudó a fundar (1948) pasó a la historia como el artífice de los Acuerdos de Oslo, el primer tratado de paz entre israelíes y palestinos, aunque este nunca se cumplió.

El político israelí que falleció la madrugada de ayer, debía dedicarse al campo y no a la política ya que se crió en un pueblo judío de Polonia. Cuando sus padres dejaron las tierras de Wiszniewo (hoy bielorrusas) y se fueron a Palestina, enviaron a su hijo Shimon, de 11 años, a la escuela agrícola de Ben Shemen, en el noreste del país. 

Sin embargo, de adolescente se interesaba más por la política y la religión y se afilió al Partido de los Trabajadores de la Tierra de Israel (Mapai, por sus siglas en hebreo), antecesor del actual Partido Laborista. Según publicó el diario alemán DW, desde ahí siempre persiguió el ideal de un Estado democrático que fuera, al mismo tiempo, judío.

Es difícil no encontrar su huella en prácticamente todos los capítulos de la historia contemporánea israelí, que protagonizó desde su mismo nacimiento. Pero su dilatada carrera no ha estado exenta de controversias. Diario El País recordó que sin él, no habrían sido posibles algunos asentamientos en Cisjordania y tampoco implantar el reactor nuclear de Dimona. A menudo se le ha llamado el “padre del arma nuclear israelí”. En política tuvo que encajar muchas derrotas no obstante siempre estuvo tras el poder.

“He pasado por casi todos los cargos de elección popular. He sufrido reveses, pero también he conseguido metas con las que espero haber contribuido con el Estado, a su paz y seguridad”, afirmó Peres. Y lo hizo: fue un presidente moderno volcado hacia el mundo occidental que quería sacar adelante una nación judía. Su administración fue la última de la vieja guardia, que contra todo pronóstico fundó el Estado, con sabiduría.

Quería ser amigo de los palestinos

“Lo que estamos haciendo hoy es más que firmar un acuerdo, es una revolución. Ayer era un sueño, hoy es un compromiso”, dijo Peres tras la firma de los acuerdos de paz de Oslo de 1993 entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), por el cual recibió el Premio Nobel de la Paz 1994.

Este reconocimiento que lo compartió con el líder palestino Yaser Arafat y al entonces primer ministro israelí, Yitzhak Rabin, fallecidos en 2004 y 1995, respectivamente, era el principio de un sueño del que siempre estuvo consciente que era difícil de materializar.

“Estamos tratando de darle un fin al fuego del odio y a los metales de la hostilidad que traen muerte, terror y pobreza a millones de personas en nuestra región”, comentó.

La BBC publicó que en una oportunidad incluso dijo que los palestinos eran “los vecinos más cercanos” de Israel. “Y creo que podrían convertirse también en nuestros amigos más cercanos”.

Los acuerdos de Oslo sufrieron un golpe devastador con el asesinato de Rabin en 1995 y, luego, con el fracaso de las negociaciones organizadas en 2000 por el presidente estadounidense, Bill Clinton, en Camp David entre Arafat y el entonces primer ministro israelí Ehud Barak. Tras este revés, nunca se separó de su ideal y creó un Centropara la Paz que lleva su nombre con el que buscaba acercar a los palestinos e israelíes y en el que mantuvo una activa agenda pública a pesar de su avanzada edad.

Tras su fallecimiento luego de estar dos semanas hospitalizado por un derrame cerebral, el papa Francisco espera que su legado “a favor de la paz y la reconciliación de los pueblos” sea honrado. “En este momento en que el Estado de Israel llora a Peres, espero que su memoria y sus muchos años de servicio inspiren a todos a trabajar con mayor urgencia por la paz y la mediación entre las naciones”.

Después de enviar su solidaridad el Sumo Pontífice indicó que por compromisos no asistirá a su funeral que organizan para mañana las autoridades de Israel. En el acto estarán presentes líderes como los presidentes de Estados Unidos, Francia, Alemania; el príncipe Carlos de Inglaterra y Bill Clinton, quien supervisó la firma en Washington de los acuerdos de Oslo entre israelíes y palestinos.   

Palestina no lo llora

Los israelíes se despertaron este miércoles en duelo, con la sensación de haber perdido a un familiar. En cambio, los palestinos no derramaban una sola lágrima por Shimon Peres, responsable para muchos de ellos de interminables desgracias.

Si para sus compatriotas Peres encarnaba la historia y la continuidad del Estado de Israel, los palestinos interrogados por la AFP no dudaban en calificarlo como “criminal de guerra”.

En los Territorios Palestinos, en Ramala o Gaza, nadie tenía ganas de decir nada bueno. Para Hossam Qiblaui, un comerciante de 52 años, Peres era “un carnicero”. “Dejó su huella en numerosas masacres, dejó mujeres viudas, niños huérfanos” miles de palestinos muertos, señaló por su parte Tamer Daraghmeh, de 47 años.

Pero el palestino Muayyed Odeh, de 28 años, reconoció que “ningún dirigente árabe ha hecho por su país lo que Peres ha hecho por el suyo”. “Fue uno de los fundadores de lo que llaman el Estado de Israel y todo lo que hizo contra los palestinos lo hizo por su Estado y para instalarlo de forma duradera en esta tierra”, destacó el joven actor. (I)

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