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Ecuador, 23 de Diciembre de 2024
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Sentencia de abuso sexual indigna a España

Miles de personas se concentran en la Plaza Consistorial de Pamplona, uno de los escenarios que en los Sanfermines de 2016 rechazó agresiones sexistas.
Miles de personas se concentran en la Plaza Consistorial de Pamplona, uno de los escenarios que en los Sanfermines de 2016 rechazó agresiones sexistas.
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La sentencia -de nueve años de prisión a los integrantes del grupo “la manada” que violaron a una joven- reconoció que se produjeron abusos sexuales, pero niega tajantemente que fuera una violación en grupo.

La sociedad española vive en estado de ebullición en torno a cada coma, palabra y frase pronunciada el jueves por el Tribunal de Justicia durante la lectura del fallo más polémico que se recuerda: nueve años de prisión para cada uno de los cinco integrantes del grupo “la manada” que redujeron y forzaron sexualmente a una muchacha, de 18 años, en las fiestas patronales de Pamplona en julio de 2016.

El veredicto final, seguido por el país con una expectación máxima, fue finalmente el que temía la acusación y la Fiscalía a la vista de la actitud mostrada por el tribunal desde el inicio del juicio, reclamando a la joven pruebas que demostraran su resistencia a los abominables actos que sufrió.

Ni siquiera las dos secuencias videográficas filmadas por los agresores con un envilecimiento atroz bastaron a los tres magistrados del tribunal como prueba de cargo para aumentar la pena a 25 años de cárcel que contempla un delito de violación.

En la argumentación de una sentencia de 371 páginas aseguran no apreciar con nitidez ni violencia ni intimación en los hechos juzgados y sí “un sometimiento y una sumisión a la voluntad de los procesados que le causó un intenso agobio y desasosiego”.

El grupo, que se autodenominaba “la manada”, viajó el 6 de julio de 2016 a Pamplona (norte) para asistir a los Sanfermines, una de las fiestas españolas más populares, y coincidió con la joven en la madrugada del día 7.

Los condenados son amigos de Sevilla (sur) -entre ellos un militar y un guardia civil-, y sostienen que las relaciones sexuales con la joven fueron consentidas.

Uno de los jueces, Ricardo González, llegó a emitir un voto más controvertido al considerar que la víctima mintió en su acusación y que los cinco procesados deberían salir hoy mismo de la prisión “con todos los pronunciamientos favorables”.

Su percepción fue desestimada por los otros dos magistrados que aprecian el agravante de “continuado”, al ser un abuso múltiple, y el de la penetración.

La sentencia deja clara la credibilidad total de la versión de la joven, cuyas explicaciones se valoran como “razonables y convincentes” y descartan cualquier móvil fraudulento que la empujara a mentir.

Con todo, los jueces argumentan que durante el juicio la joven matizó mucho el contenido inicial de su denuncia al no “corroborar que la tiraran al suelo y tampoco que la amenazaran”.

La reacción social ante este veredicto fue inmediata. Desde asociaciones de mujeres hasta políticos, juristas y policías.

El portavoz de la agrupación progresista Jueces para la Democracia, Ignacio González Vega, afirmó que “es legítimo que la sociedad se indigne” con el fallo, pero estimó que “la crítica pública debe estar fundamentada con un cierto rigor”.

Añadió que “los juicios se ventilan en una sala de vistas en la que se garantizan los derechos tanto de los acusados como de las víctimas”.

Mientras que, miles de personas se concentran desde la noche del jueves frente a los juzgados de las principales ciudades del país. Manifestaciones de protesta que se repitieron ayer entre gritos de “esta sentencia también es violación”.  

En Madrid se corearon consignas: “No es abuso, es violación” y “Esta justicia es una mierda”.

Los manifestantes, hombres y mujeres, portaban una pancarta en la que se leía “¡No es no! ¡Justicia!”. También se leyeron carteles con mensajes, como “la manada no son cinco, la manada es el sistema patriarcal” y “¿Por qué te doy miedo cuando abro la boca y no cuando abro las piernas?”.

También el Gobierno anunció ayer que comenzó a estudiar la posibilidad de modificar la tipificación penal de la violación y de la agresión sexual después de esta polémica sentencia que mantiene a España en trance.

El ministro de Justicia, Rafael Catalá, ya trasladó a los órganos competentes la petición de un estudio sobre la regulación actual, de 1995, y “que valoren si es precisa una modificación de las mismas”,  explicó el ministro portavoz, Iñigo Méndez de Vigo, tras la reunión semanal del Consejo de Ministros.

De Vigo calificó de “deleznable” la agresión sexual que sufrió la víctima de “la manada” y recordó que la sentencia “no es firme por lo que caben recursos como el que ya ha anunciado la Fiscalía esta misma mañana (ayer)”.

En el caso de que no prosperen estas apelaciones al controvertido fallo presentadas ayer, ante el Tribunal Superior de Justicia de Navarra, el caso se liquidará definitivamente en la sala del Tribunal Supremo.

Los procesados, que ya cumplieron dos de los nueve años de la sentencia, saldrían de la cárcel en 2020 siempre y cuando obtengan permisos penitenciarios por buen comportamiento. (I)

LOS ABUSOS
El reflejo de las festividades
El caso “la manada” sirvió también para sacar a la luz un problema tanto generalizado como poco conocido en España, las violaciones y agresiones sexuales que se cometen en las fiestas populares y festivales.

17 por ciento de las víctimas de violación denuncia a su agresor. El resto mantiene silencio.

El precedente
La idea de que la sentencia pueda sentar un precedente negativo fue subrayada también por diversas organizaciones feministas, que consideran un obstáculo para denunciar agresiones. (I)

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