Según analistas las promesas hechas entre Turquía y UE son difíciles de cumplir
Es poco probable que el acuerdo alcanzado el domingo entre la Unión Europea (UE) y Turquía en Bruselas frene significativamente el flujo de migrantes a Europa o lleve a Ankara más cerca de la adhesión al bloque europeo, dijeron el lunes analistas.
La Unión Europea se comprometió en una cumbre en Bruselas el domingo a dar a Turquía una ayuda de 3.000 millones de euros (3.200 millones de dólares) para que pueda hacer frente a la oleada de refugiados sirios y acordó "redinamizar" las negociaciones con vistas a una adhesión de Turquía a la Unión Europea.
El primer ministro islamo-conservador turco, Ahmet Davutoglu, celebró el domingo, luego de la cumbre Turquía-UE, un "día histórico" para su país, que buscaba relanzar las negociaciones de adhesión al bloque, comenzadas en 2005.
"Lo que los europeos piden a Turquía es poco realista e irrealizable", estimó el politólogo Cengiz Aktar, de la Universidad Bahçesehir de Estambul.
"Parece un sueño. Nadie puede impedir que estos migrantes vayan a Grecia o Bulgaria ya que no tienen ningún futuro, ni en su país ni en Turquía. Temo que el resultado sea nulo", comentó Aktar, quien estimó que Turquía y la UE juegan una partida de "póker".
Realpolitik de la Unión Europea
Ahmet Davutoglu garantizó que su país "mantendrá sus promesas" sobre el tema migratorio, subrayando que no se podrá hallar una solución definitiva a la crisis de los migrantes sin una solución política global en Siria.
Sea como fuere, hay todavía numerosos escollos en las relaciones bilaterales turco-europeas, en particular en lo que concierne a las violaciones de las libertades fundamentales en Turquía durante la presidencia de Recep Tayyip Erdogan, en el poder desde 2003.
En la declaración final de la cumbre "no se menciona el Estado de derecho, la prensa y la cuestión kurda", señaló Marc Pierini, ex embajador en Ankara e investigador del centro de estudios Carnegie Europe. Estamos frente "a la realpolitik de la UE en su peor nivel", estimó.
Esta cumbre "no nos hará olvidar las divergencias que subsisten aún con Turquía sobre los derechos humanos o la libertad de prensa, temas que volverán", aseguró el domingo el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
"Con todos los problemas actuales de Turquía que encarcela periodistas y donde un abogado kurdo fue asesinato en la calle, me pregunto si esta cumbre se hubiese celebrado si no hubiese existido la crisis de los migrantes", observó el politólogo Serkan Demirtas.
Chipre, en contra
Para Demirtas "los europeos adularon a los turcos para obtener una promesa pública de Ankara y así convencer a sus opiniones públicas asustadas por la llegada masiva de refugiados". Pero "la UE es una institución de valores y normas que el poder turco no está dispuesto a aceptar en su totalidad", agregó.
Dos periodistas del diario de oposición Cumhuriyet (centroizquierda) fueron encarcelados el jueves por la noche acusados de "espionaje" y "divulgación de secretos de Estado", por haber publicado en mayo pasado un artículo sobre posibles entregas de armas de los servicios secretos turcos (MIT) a yihadistas en Siria.
El sábado, Tahir Elçi, abogado, importante figura de la causa kurda en Turquía, murió baleado en la ciudad de Diyarbakir, capital del sureste kurdo del país, cuando hacía declaraciones a la prensa. Las circunstancias de su muerte aún no han sido esclarecidas.
Además de los temas relacionados con los derechos humanos, las promesas para relanzar las negociaciones de adhesión hacen frente a un obstáculo que parece imposible de sobrepasar.
Chipre, dividido desde 1974, cuando Turquía invadió y ocupó la parte norte de la isla, bloquea algunos capítulos de las negociaciones, y "jamás cambiará de decisión mientras no haya una reunificación", estimó el analista Cengiz Aktar. (I)